Jueves 06 de octubre de 2016
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Es difÃcil creer que Bolivia esté viviendo una democracia plena al comprobarse en los hechos que la vivencia ciudadana está sometida al rigor de una lÃnea que desconoce la capacidad o facultad de la persona para decidir el futuro de la nación.
Hasta mientras no se restituya la independencia de poderes y las organizaciones sindicales dejen de estar bajo la tutela del gobierno, el pueblo seguirá experimentando una acción coercitiva en su modo de vida.
En ese ámbito, causa desazón el que las entidades laborales se hayan convertido en sindicatos polÃticos acordes con las instructivas dictadas desde las esferas gubernamentales.
Actualmente, en lo que va del periodo masista, el proletariado nacional va sucumbiendo por efecto de los designios seudopopulistas de la dádiva perniciosa al extremo que los mineros dejaron de ser el sector más avanzado y combativo de la clase obrera.
Ello significa contradecir los postulados de la Central Obrera Boliviana, reconocida como entidad matriz sindical del movimiento obrero al aglutinar en su seno a todos los sectores sociales para obtener mejores reivindicaciones.