Miercoles 05 de octubre de 2016
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Editorial y opiniones
ECONOMÍA DE PALABRAS
El padrino equivocado
05 oct 2016
Humberto Vacaflor Ganam
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, tuvo una muy buena intención cuando se propuso llegar a un acuerdo de paz que libere a su país de la narco-guerrilla llamada FARC, ocupada también en la industria del secuestro.
Lo que estuvo mal desde el principio fue haber elegido a los Castro como padrinos de la paz. Eso es lo que llevó al triunfo del NO en el plebiscito del 2 de octubre.
Un buen padrino hubiera agradecido el honor, pero lo hubiera rechazado. Presentarse como padrino de la paz un gobierno que había propiciado y financiado a la guerrilla antes de que se hiciera narco-guerrilla, fue una ofensa para los colombianos.
Porque la narco-política llegó en este siglo, como lo sabemos los bolivianos y lo saben venezolanos, argentinos, brasileños y paraguayos. Pero ese es otro cantar y tiene otros desenlaces, que se ven ahora en Argentina, Brasil y, pronto, en Venezuela, desenlaces que suponen la cárcel para los culpables.
El que don Raúl Castro haya aparecido en las fotos con su guayabera de lino italiano bendiciendo, para decir algo, la firma de la paz entre el presidente Santos y los narco-guerilleros, fue la gota que provocó la derrota en el plebiscito.