Miercoles 05 de octubre de 2016
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Bolivia, ni ningún país de este continente pueden desatender las tendencias que se estructuran en lo tocante a derechos de autor, ahora, en un escenario complicado como lo es el digital. Si existe y es muy bien valorado el nivel de aplicación de justicia en un país, es la modernidad en la regulación y preservación de la propiedad intelectual que, en nuestro país, salvo por dos estudios jurídicos muy capacitados en el orden de propiedad intelectual, es un campo casi fértil para la piratería, el plagio y la conculcación de dividendos legítimos por uso de creaciones intelectuales debidamente registradas.
?ltimamente la Comisión Europea anunció propuestas para adaptar la regulación de los derechos de propiedad intelectual al ámbito digital que, naturalmente, afectarán directamente a los autores y editores. Para el sector editorial la propuesta de la Comisión Europea asume aspectos fundamentales, a saber: el límite de la ilustración para la enseñanza incluyendo las actividades transfronterizas, la explotación de las obras descatalogadas, el reconocimiento de un derecho del editor de publicaciones periódicas como diarios y revistas, la reproducción y fragmentación de contenidos de obras para explotarlos a través de búsquedas selectivas, otros límites y excepciones al derecho de autor con fines de conservación del patrimonio cultural.
La Comisión Europea va más allá, pues se está analizando otras propuestas que afectan los derechos de propiedad intelectual y que forman parte de la intención cierta de modernizar el sistema de derechos en Europa que es un elemento determinante para la estrategia del Mercado ?nico Digital, y que Sudamérica no puede ignorar si autores y editores desean una cobertura necesaria e importante.
Las diversas asociaciones de autores y editores europeos consideran y valoran este avance hacia el mercado único en la Unión Europea. Ellos consideran que el centro neurálgico de este proceso está en buscar y encontrar el equilibrio necesario entre facilitar el acceso a las obras protegidas en el entorno digital y garantizar una remuneración justa a los autores y editores por cualquier uso de sus obras.
Los autores y editores europeos, cuya acción no debemos desconocer, sobre todo nosotros los escritores, consideran que la incorporación de nuevas excepciones o la ampliación de las existentes, no puede ser la única solución de la Comisión Europea. También es importante tomar en consideración que la gestión colectiva ofrece recursos a nivel comunitario para facilitar el acceso digital legal a los contenidos de raigambre educativo y bibliotecario, a través de licencias.