Se trata de una responsabilidad del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que está tratando de "ajustar" el sistema electoral, basando el proceso en la aplicación de por lo menos una decena de planteamientos como ejes para modificar la Ley 018 del OEP, promulgada en junio del 2010 y la Ley 026 del régimen electoral puesta en vigencia el 30 del mismo mes y año.
El proceso de cambio se ha iniciado por parte del TSE, comenzando por identificar mÃnimamente unos diez "ejes" que permitirán aplicar cambios a tiempo de ajustar las dos leyes que actualmente regulan la institucionalidad del ente electoral y además el desarrollo del régimen de sufragio.
El Tribunal Electoral trabajará a través de su personal, pero organizando "mesas de consulta" en diversos segmentos de la comunidad, empezando por consultas en los tribunales electorales departamentales, luego avanzar con la propuesta hacia sectores representativos de la sociedad civil en todas sus fases, socializando la propuesta integral que comprende la reforma de los instrumentos vigentes aún, considerando por lo menos cinco ajustes en cada una de las leyes, lo que implica tocar asuntos muy especiales que tienen que ver con la nueva estructura electoral y al mismo tiempo con la futura ley de partidos.
Leer más
En criterio de los proponentes de cambios, se trata de modernizar los sistemas de régimen electoral, como los procedimientos de sufragio, de modo que el elector se sienta en el futuro seguro de que su voto, cuenta, vale, es respetado y en su caso determinante en función de sumatorias y el control de resultados invariables.
Entre los ajustes imprescindibles está el que debe efectuarse en el Servicio de Registro CÃvico (Sereci), que resguarda el derecho a la identidad de los ciudadanos, otro cambio tendrá que ver con las competencias de la Unidad Técnica de Fiscalización (UTF), que supervisa los recursos económicos que los partidos polÃticos declaran en procesos electorales.
A propósito de partidos polÃticos, el TSE espera que se produzca un amplio debate para la construcción de una nueva Ley de Partidos PolÃticos que sea resultado de un amplio intercambio de ideas entre todos los representantes de sectores cÃvicos, laborales, profesionales y otros que fortalezcan el proyecto de una flamante normativa que aprobada por consenso ciudadano, corra el mismo trámite en la instancia parlamentaria, ésta última para dar el valor constitucional que merece la aprobación de leyes, pero respetando la decisión de la comunidad, en defensa de sus derechos cÃvicos, al margen de los intereses meramente partidarios que puedan prevalecer en la Asamblea Legislativa.
El próximo paso que enfrentará el TSE, tiene que ver con la metodologÃa de los encuentros regionales con participación de actores directos de la sociedad civil, que expresen libremente sus ideas para lograr leyes de consenso en el futuro régimen electoral, asà como una nueva ley de partidos que responda a intereses de la más amplia democracia participativa.
Algo interesante en el proceso es que se definan los mecanismos internos en los partidos polÃticos para la elección de sus lÃderes y candidatos, respetando decisiones de pluralidad, como deberá ocurrir también en el tema de financiar las actividades polÃticas-partidarias, con recursos estatales o con un programa mixto, pero bajo supervisión del TSE. Cambios importantes que ojala sean trabajados en un marco ético de independencia institucional.
Fuente: LA PATRIA