Viernes 30 de septiembre de 2016
ver hoy
Editorial y opiniones
Sentenciado destructor de arte milenario
30 sep 2016
Raúl Pino-Ichazo Terrazas
En un anterior artÃculo expresábamos el horror que significó la destrucción intencional de arte milenario en la ciudad de Palmira. Las fotografÃas y cintas de televisión reflejaban el placer de los destructores al asestar pico y martillo en obras invalorables de orden intrÃnseco, amén de su valor económico. Estos crÃmenes contra el arte produjeron en los espÃritus sensibles del mundo desazón e incontenible pesar pues no eran recuperables. No hubo sanción ni pena para los primitivos malhechores.
Ahora, en un proceso inédito que discurrió en el Tribunal de Justicia Penal en La Haya, un insensible y psicópata destructor de arte milenario fue sentenciado a 9 años de prisión, que podÃa haber alcanzado una sentencia mayor, que fue evitada por la confesión y el remordimiento del imputado, acción que está contemplada en los códigos penales convencionales. Compunge hasta la impotencia que obras, esta vez de Tombuctú en Mali fueran reducidas a polvo; obras que representaban los sentimientos, la idiosincrasia, la creatividad y la necesidad de expresión material de una época, para, a través de su observación y estudio, podamos estudiar obtener reflexiones sobre el modo de expresar el arte de esos grupos poblacionales milenarios.