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Análisis de la prensa paceña durante las principales batallas de la Guerra del Chaco - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Jueves 29 de septiembre de 2016

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Fortín de la Patria

Análisis de la prensa paceña durante las principales batallas de la Guerra del Chaco

29 sep 2016

Por: Arturo Arias Delgado - Investigador

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INTRODUCCIÃ?N

1932-1935, hombres, mujeres y niños agolpados ante los medios de comunicación de las principales capitales del país, en busca de información acerca de sus seres queridos que defienden la Patria. Todo ello en una vorágine mediática que intentaba sacar lo más noble de un pueblo: su voluntad de seguir luchando.

Esta situación es muy difícil de asimilar hoy, en una época en la que el campo de batalla está en Call of Duty o Battle Field, que la referencia de héroes, el encuentro en Game of Thrones y que mi máximo logro físico es caminar cuando quiero encontrar un pokémon.

Durante este período, hablamos de la Guerra del Chaco, las noticias eran censuradas por el Gobierno, para evitar fugas de información y velar, también, porque se imponga mediante los medios la voluntad férrea de ganar la guerra. El encargado de esta labor de revisión de todos los contenidos difundidos era el Ministerio de Guerra.

¿Y cómo entonces, la gente se anoticiaba de lo que pasaba en el frente? Pues mediante comunicados de guerra, que eran suministrados a los medios de comunicación y que, luego de hacer sonar unas sirenas, cual campanas que llamaban a la iglesia para acudir a misa, eran expuestos en pizarrones colocados, exprofeso para que la gente los lea, entiéndase que en esos tiempos uno de los puntos de convergencia social era la plaza Murillo, en la que se ponían altoparlantes, al igual que en la plaza San Pedro, la iglesia de San Francisco, en la calle Illampu esquina Sagárnaga y en la avenida Buenos Aires.

Otro de los medios más importantes de entonces era la radio (entiéndase que la Tv era un artefacto desconocido), cuyos aparatos eran sinónimo de poder adquisitivo. Si bien Bolivia ya tuvo sus primeras experiencias con Radio Chuquisaca y Radio Nacional de Bolivia, creada el 3 de marzo de 1929 durante el gobierno de Hernando Siles, es decir en la antesala del conflicto bélico que estalla en 1932 y después de la toma de Fortín Vanguardia, el exponente más importante fue Radio Illimani.

Radio Illimani surgió por el emprendimiento de varios profesionales y empresarios, quienes crearon el Centro de Propaganda y Defensa Nacional, poniendo su contenido en el aire el 15 de julio de 1933, un año después de haber comenzado el conflicto chaqueño. Las unidades bolivianas fueron equipadas con aparatos de radio para que los soldados puedan escuchar las noticias del país y del mundo.

Cabe destacar que sus ondas corta y media tenían alcance internacional, lo que llevó a jugar un papel importante en el espectro mediático, cuyo objetivo fue contrarrestar la enorme propaganda pro-paraguaya difundida no solo por medios guaranís sino también mediante medios argentinos.

Paremos un momento. Cuando uno habla de la Argentina de los años 30, no es la misma Argentina actual. El país que no solo bailaba tango, sino que lo exportaba, era referente de desarrollo y potencia en el orbe, a pesar de encontrarse en su "década infame". Esa Argentina fue pionera mundial en materia de radiodifusión, promocionando su cultura, expresada en arte, deportes y su visión e interpretación política.

Cuando se sucedían las batallas en el Chaco, las emisoras argentinas comunicaban las derrotas bolivianas de inmediato, acrecentándolas, en detrimento de la moral de la sociedad boliviana en su conjunto, que obviamente se informaba por medio de las radios rioplatenses, debido a su inmediatez y a causa de la censura de prensa del Gobierno boliviano (no hace falta explicar que sucedía todo lo contrario en el lado paraguayo, cuya población enardecía ante las emisiones argentinas).

De igual manera, las derrotas paraguayas eran casi inexistentes en el espectro radial argentino. ¿Será que este fenómeno es una de las causas por las que el Paraguay, hasta ahora, no conoce (o no quiere conocer) de sus derrotas militares, creyendo que el Chaco fue un paseo, y que Bolivia siempre se anotició de lo malo que le sucedía? La cosa es que los medios de comunicación sí jugaron un papel preponderante en la moral de ambos pueblos, incluso hasta después de la guerra.

Bueno, ahora toca hablar un poco del otro medio más importante de la época: la prensa.

Al ser la prensa menos elitista que la radio, debiera ser la elegida para brindar información sobre lo acontecido en el Chaco; sin embargo, la censura impuesta evitaba que las informaciones estén de acuerdo con la realidad del frente de batalla.

Pese a este impasse, los medios escritos nacionales alentaron a la población a defender la heredad nacional. Los periódicos bolivianos depusieron diferendos y luchas intestinas y se limitaron a reflejar lo acontecido en la guerra, censura de por medio.

Así, en 1932, en el inicio de la guerra, se contaba con los periódicos El Diario, La Razón, La República, �ltima Hora y Tribuna de La Paz; LA PATRIA y La Mañana de Oruro; El Imparcial y El Tiempo de Cochabamba, entre otros.

Ya con la adrenalina guerrera y con sangre en los ojos, comenzaron a aparecer varios medios escritos, tal el caso del semanario Alas de Potosí, el interdiario La Defensa Nacional de Tarija, cuya venta contribuyó a la Caja de la Cruz Roja Boliviana.

De igual manera, aparecieron El Verbo Libre, de Trinidad, que denunció anomalías en el reclutamiento de reservistas del regimiento Beni que se aprestaban para concurrir a la campaña del Chaco.

En 1933, en la capital tarijeña, "Los Amigos de la Ciudad" respaldaron la publicación del semanario Adelante, y en Sucre apareció el periódico La �poca.

En 1934, en Trinidad se publicaron las gacetas Izquierda y El Gladiador, y el periódico La Unión Republicana.

El año final de la guerra apareció Noticias, fundado en Oruro; en Sucre salió a la luz La Acción y el bisemanario La Unión; en Santa Cruz, La Tarde, La Fronda y La Nación, y en Potosí, Nuevo Tiempo.

LA MAGNITUD DE LA CENSURA

La censura impuesta a los medios de comunicación es un denominador común en todos los países mientras se encuentre en guerra; pero el aditamento boliviano radica en su "viveza criolla", que aplicó esta medida hasta en el plano político. Así pasó, como ejemplo, durante el denominado "Corralito de Villa Montes".

Los increíbles hechos sucedidos en esta vergonzosa acción pasaron casi desapercibidos por los periódicos, sujeta a control. La sociedad en su conjunto fue informándose de "a poquito" sobre la magnitud de la renuncia obligada del presidente Daniel Salamanca, tras encuentros muy enconados en los que participaron los generales Enrique Peñaranda y Julio Sanjinés, los coroneles Felipe Rivera, Julio Díaz Arguedas y Víctor Serrano, además del mayor Germán Busch.

Los lectores se pueden imaginar, entonces, qué pasó durante las derrotas de las armas bolivianas, como es el caso de Campo Vía y El Carmen. Los medios callaron, los partes del Ministerio de Guerra eran escuetos, la gente "alimentaba" su necesidad de información mediante rumores. La incertidumbre era total.

Lo contrario pasó durante la defensa de Boquerón, que los medios cubrieron a diario, exaltando el heroísmo de los bravos de Marzana, y la batalla de Cañada Strongest, una vez confirmada la excepcional victoria de nuestras armas, claro está.

Cabe destacar que muchos periodistas asistieron a la Guerra del Chaco como combatientes de primera línea y/o como reporteros, entre ellos Walter Montenegro, Ernesto Vaca Guzmán, Fernando Loayza Beltrán, Luis Mendizábal Santa Cruz, Rafael Ulises Peláez y Eduardo Ocampo Moscoso, quienes pudieron salir con vida para dar fe de todo lo ocurrido en el "infierno verde". Cabe destacar que Eduardo Ocampo escribió un libro casi obligado de referencia para todos quienes están inmersos en el campo de la comunicación: "Historia del periodismo boliviano".

Felipe Terán Quintanilla (tío abuelo del periodista Carlos Soria Galvarro) envió desde el frente, en su calidad de periodista, descripciones de sus impresiones sobre el conflicto, que fueron publicadas en el diario LA PATRIA.

Asimismo, el periodista orureño Luis Humberto Beltrán también falleció en la guerra, dejando huérfano de padre a Luis Ramiro, quien años más tarde se consagró internacionalmente dentro del campo de la comunicación.

De igual manera se destacó el periodista Guillermo Céspedes Rivera, quien fue el primer corresponsal de la Guerra del Chaco, publicando varias notas con el epígrafe "Grandezas y Miserias de Boquerón".

Un alto aparte para rendir homenaje a los periodistas Casto Quezada Palma y Agustín Renjel Galleguillos, que cayeron bajos armas enemigas en el Chaco.

Honor y gloria a todo el periodismo nacional de la "generación del Chaco", que trabajaron bajo condiciones inusuales y cuya función fue la de ser el puntal de la moral boliviana.

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