Miercoles 28 de septiembre de 2016
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Es un hecho irrefutable que la crisis económica que asuela a la mayoría de los países pobres y subdesarrollados aún ocasionará problemas por muchos años acentuando la pobreza existente y restando posibilidades de superación rápida. Nuestro país, comparativamente con muchos de África y Asia, no sufre de pobreza que determina la muerte diaria de decenas o centenas de personas; aún podemos hacer frente a las dificultades tanto debido a la existencia de medios de subsistencia, a la solidaridad de instituciones y personas, a la relativa estabilidad económica y al hecho de contar con esperanzas de posibles inversiones, pese a anuncios contrarios al capitalismo, doctrina que se practica a todo nivel del gobierno que administra el Estado.
La crisis económica, especialmente por la baja en la producción de gas y su consecuencia de menor ingreso de divisas; la menor producción en la minería y aún mayor dejadez y desidia en la producción de alimentos que no nos deja campos de recuperación, deben ser acicates para superar los marasmos que afectan a muchas personas y hasta instituciones. Organizaciones empresariales de producción agrícola, especialmente en Santa Cruz, muestran visos de superar más fácilmente la crisis y, en casos, resultó coyuntural y que puede ser superada; pero, la dejadez continúa especialmente en la región occidental donde existe una especie de derrotismo para encarar con la debida energía emprendimientos que ayuden a sobrevivir por los propios medios y facultades.