Ruth Villca Yucra una basquetbolista de "altura"

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La vida es un constante desafío y el secreto del éxito es saber vencerlo sin importar los obstáculos que se pueden presentar, lo importante es escuchar las palabras del corazón para cumplir con los objetivos y los sueños.

Muchas veces se carecen de algunos elementos como la estatura o el físico, pero mientras el talento esté en la sangre, aquello no importa, porque al final la victoria se la "saborea con mayor dulzura".

Nuestra deportista de hoy tiene lo mencionado, es una gran basquetbolista y una promesa firme de ser una de las mejores. Ella es Ruth Karina Villca Yucra, basquetbolista, juega de base, tiene una estatura de 1,52 metros.

Nació el 13 de junio de 1998 en la ciudad de Oruro. Salió bachiller del colegio Donato Vásquez el 2014, actualmente estudia en la Unidad Académica de Machacamarca la carrera de Educación Física Deportes y Recreación.

LOS ALBORES

"Estudiábamos lejos y como a Oruro veníamos una sola vez por mes, mi papá decidió enseñarnos a jugar. Era nuestro pasatiempo así en familia, ahí empecé a los cinco años. Me encantaba correr, era lo que me inspiró a jugar al básquet, buscaba la posición de ser alera, me gustaban los contraataques", dijo.

Con el tiempo este deporte pasó de un simple ejercicio a una verdadera pasión. Uno de sus entrenadores viendo la velocidad que tenía en el campo de juego, la puso de alera, pero ya no solo corría, sino que comprendió que había que formarse de manera técnica y táctica.

A medida que se fue complementado como deportista, en la cancha lo único que quedaba era divertirse y Ruth lo comprendió de esa manera. El primer equipo que le abrió las puertas fue "Luis Lazzo Quinteros", posteriormente integró el quinteto de Carl A-Z.

"Estudiaba en Lajma a una hora y media de Oruro. En ese entonces, venía los fines de semana para entrenar y eso era sólo los viernes. El entrenador nos dijo que si nos esforzábamos podíamos entrar al equipo y así lo hicimos pese a entrenar una sola vez a la semana a comparación de otras niñas que lo hacían dos o tres veces a la semana", recordó.

La primera vez que ingresó al campo de juego, fue para ella algo inolvidable, un primer sueño se hacía realidad, porque siempre le gustó competir. Además que en el equipo encontró unidad y el buen ánimo primaba ante todo. Debutó ganando.

A partir de ese momento el básquetbol se convirtió en un verdadero sentimiento y una manera de vida para Ruth. Cada entrenamiento era un examen contra ella misma, porque quería demostrar que estaba hecha para este deporte, por ello comenzó a destacarse dejando sacrificio, entrega y alternativas que de a poco la llevaron a ser líder.

"Cuando juego me olvido de todo, me emociono. Lograr un objetivo como equipo y personalmente es importante porque antes de entrar a la cancha siempre me pongo una meta que debo cumplirla, ya sea en las asistencias, en los contragolpes y correr mucho", aseguró.

En el escenario deportivo, Ruth se convierte en una gladiadora, ella decide cómo será la "temperatura del partido" y cuál será su desempeño, dejando todo contra el rival.

Aquello repercutió también en sus compañeras de equipo porque también brindaban su mejor esfuerzo. Pero no era suficiente, los dos años que estuvo en "Luis Lazzo Quinteros" lograron el título de subcampeonas.

Una vez en Carl A-Z, su vida deportiva continuó en ascenso al igual que el desenvolvimiento de su equipo. Lo que tanto estaba buscando al final se le cumpliría, salir campeón con su elenco en la categoría Cadetes, ella tenía 15 años.

"Esa vez fue muy emocionante dar la vuelta olímpica y no ver desde un segundo lugar cómo daban las vueltas olímpicas, situación que nos ocurrió varias veces", afirmó.

Su buen nivel de juego le permitió ir a la preselección boliviana, se esforzó al máximo, sin embargo, los entrenadores no la valoraron por su talento y sólo se fijaron en su estatura, motivo por el cual no la tomaron en cuenta.

"Recuerdo que vino mi entrenador y me dijo que estaba postulando contra una de La Paz, me esforzaba pero ella era más alta y al final la eligieron. La determinación fue asumida en consejo de técnicos. Había quedado fuera por mi estatura", indicó.

Fue una situación frustrante para Ruth, la desmotivó esa decisión, situación que no era por su forma de juego, sino por otro factor.

ORURO

Pese a esa situación la orureña siguió batallando y continuó disfrutando de la pasión por el básquetbol. Integró la selección de su departamento y se fue a Chile a competir en los Juegos Trasandinos. Oruro obtuvo el segundo lugar en el campeonato.

"En ese torneo ha salido lo mejor de mí, las chicas eran cuatro años mayores que yo, entonces, me esforcé. Entraba de titular, era la armadora", señaló. Su sueño es seguir jugando hasta que el físico se lo permita, pero su deseo también es integrar una selección boliviana.

"Quiero decirles a los jóvenes que si empiezan en este deporte, no lo dejen. El hecho de tener dificultades que no sea un obstáculo. Hay personas que tienen virtudes, son veloces, otras saltan alto, hay que aprovechar su don; el talento no se da, se nace con ello y hay que aprovecharlo", afirmó.

Fuente: Por: Dehymar Antezana - Periodista - LA PATRIA