Lula, el amigo por el que algunos ponen "la mano en el fuego"
25 sep 2016
Fuente: Sao Bernardo do Campo (Brasil), (EFE).-
Por: Alba Santandreu
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CorrÃa el año 1968 en Brasil y Luiz Inácio Lula da Silva estaba aún lejos de convertirse en presidente. Era tornero mecánico y coqueteaba con el sindicato de los metalúrgicos. Allà conoció a Gijo y Nelson, quienes hoy ponen "la mano en el fuego" por la inocencia de su amigo.
Sentado en una de las mesas del bar del que hoy es propietario, en la localidad de Sao Bernardo do Campo, Gijo pasa con cuidado las hojas del álbum y se detiene en el convite que le hizo Lula para su investidura como presidente, en 2003.
Desde que llegó a su casa aquella invitación han pasado más de 13 años y la popularidad de Lula, se ha visto empañada por un caso de corrupción por el que el ex presidente será ahora juzgado.
"Esto no es el fin de Lula, es el comienzo de un nuevo lÃder", asegura Gijo.
En uno de los recortes de periódico aparece una fotografÃa en blanco y negro de la boda entre Lula y Marisa Leticia, su segunda mujer, y en ella está presente el padrino del enlace, Nelson Campanholo.
Campanholo, dice estar seguro de la inocencia de Lula, pero señala que si en algún momento se comprobase la implicación de su amigo en la trama corrupta de Petrobras "tendrÃa que pagar por ello".
"Si es verdad será la mayor decepción del mundo, pero primero lo tendrán que probar", comenta.
El ex mandatario, denunciado por corrupción y lavado de dinero, fue acusado por la FiscalÃa de ser el "máximo comandante" de la red corrupta que desvió millones de Petrobras entre 2004 y 2014, por la que ya han sido condenados polÃticos, ejecutivos de la petrolera y directivos de la compañÃa.
juez Sergio Moro, de Curitiba, aceptó el martes la denuncia y abrió un proceso contra el ex mandatario, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010.
Para Campanholo, quien sugirió el nombre de Lula para la presidencia del sindicato de los metalúrgicos del ABC en 1975, las denuncias contra su amigo tienen una "base polÃtica" que busca apartarlo del escenario electoral de 2018.
En caso de que Lula fuera condenado por Moro en primera instancia y por el Tribunal Regional Federal en segunda, Lula quedarÃa inhabilitado para presentarse a cargos públicos por un periodo de ocho años, según establece la ley brasileña.
"Lula no tiene nada que ver en todo eso pero le quieren cazar para los próximos ocho años", asegura.
A pesar de todo, Lula está "tranquilo", según dicen sus amigos, porque "está seguro de que no le debe nada a nadie".
El Lula de hoy, cuentan, es el mismo que el de hace medio siglo, "amigo, seguro, compañero", pero confiesan, como hinchas del Palmeiras, que el único defecto del ex mandatario es ser del Corinthians.
El bar de Gijo, donde tiene lugar la conversación con Efe, está situado a cuatro kilómetros de la casa de Lula, pero señalan que por motivos "laborales y de seguridad" el exmandatario paso poco por ahÃ.
Tampoco es común verlo por el barrio donde vive en Sao Bernardo do Campo, una ciudad de clase media situada en el interior de Sao Paulo, en el cinturón industrial donde Lula creció como lÃder obrero y polÃtico.
En el interior de una cafeterÃa, situada en la misma calle donde se levanta el edificio en el que vive Lula, nadie ve al expresidente desde hace años.
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