Alguien dice por ahí, ¡el magisterio en paro!, bueno la extrañeza es porque un buen tiempo, habíamos dejado de hacer huelgas, sin embargo no es porque, estuvimos satisfechos con nuestros sueldos, lo que pasa es que creo que nos cansamos de nuestros dirigentes nacionales, que ahora que se los ve juntos de la mano del gobierno, no hacen nada por mejorar la situación económica y social del maestro en estos últimos años, cuando se habla de un gobierno de cambio, en los ingresos del profesor, no existe cambio alguno o quizá si existe pero este cambio es para peor desventura del maestro.
Un distinguido, respetable colega, quien está a punto de jubilarse, cuenta la siguiente historia a propósito de la pérdida del poder adquisitivo del sueldo: Cuando egresé de la Normal, trabajé en una provincia de nuestro departamento, el primer sueldo que obtuve, me alcanzó para hacer confeccionar tres trajes con tela de buena calidad y todavía tenía dinero sobrante para vivir el mes cómodamente, respondiéndole le dije, en cambio cuando yo egrese de la normal mi primer sueldo de maestro, apenas alcanzaba para un traje con tela de mala calidad, pues luego de la primera limpieza realizada ya no pude colocarme, éste se había achicado y para vivir el resto del mes tuve que pedir dinero prestado a los parientes que nunca faltan, pero meses después llegó un bono llamado pro-libro, al cual desde que empecé a trabajar en el magisterio lo llamo bono pro-deudas.
Actualmente la situación económica del país es crítica, tomemos el ejemplo del precio de un almuerzo, hace cinco años atrás era de Bs.- 5 (cinco bolivianos), ahora es de Bs.- 10, el precio dobló, mi sueldo NO. Ante esta realidad, muchos colegas no pueden esperar que sus hijos no tengan nada que llevar a su boca, por lo que tienen que dedicarse a otras actividades, quizá descuidando su principal fuente de trabajo. En conversación de tan crítica realidad entre compañeros de trabajo, no falta un colega que desea dedicarse a la política, para de esta manera satisfacer sus necesidades, algunos le apoyamos advirtiéndole que una vez que esté ahí arriba no se olvide de los que en otrora sobrellevamos con él las penalidades de tan magro salario, sin embargo prevalece más en él su vocación de maestro, de servicio a la educación que la ambición de poder.
Al igual que cualquier ser humano, el profesor tiene muchas necesidades desde alimentación, material bibliográfico, vivienda etc. Sin embargo por ética y por ser respetuoso de las leyes sobre este último no puede avasallar tierras para tener vivienda, por lo que una mayoría vive en alquiler o anticrético.
Quiero dar las gracias a este medio de prensa por darme este espacio para poder expresar mi opinión, opinión que muchas veces no siempre gusta al gobierno puesto que la tergiversa, haciendo ver que la persona o sector social que opina contrariamente a él, nos tilda como de la derecha, pues yo no soy de la derecha ni izquierda, mis necesidades no tienen línea política, mi opinión la expreso creyendo, en lo que la Constitución Política enuncia en el Capítulo Tercero de Derechos Civiles y Políticos en la Sección I de Derechos Civiles Artículo 21. Las bolivianas y los bolivianos tienen los siguientes derechos: 5. A expresar y difundir libremente pensamientos u opiniones por cualquier medio de comunicación, de forma oral, escrita o visual, individual o colectiva y en la Sección III del Derecho al Trabajo y al Empleo en el Artículo 46. Parágrafo I. Toda persona tiene derecho: 1. Al trabajo digno, con seguridad industrial, higiene y salud ocupacional, sin discriminación, y con remuneración o salario justo, equitativo y satisfactorio, que le asegure para sí y su familia una existencia digna.
Si realmente deseamos ver un verdadero cambio en el país, empecemos por cambiar la situación económica del maestro, el 5 % propuesto por el gobierno es nada en comparación a la canasta familiar indispensable para la subsistencia de un profesor y su familia, entonces autoridades nacionales apliquemos lo que el mismo texto Constitucional expresa: “…que la educación constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado, que tiene la obligación indeclinable de sostenerla, garantizarla y sostenerla”.
Termino el presente artículo con una frase de Abraham Lincoln "Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo."
(*) Profesor
reyali_6@hotmail.com
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