Como han dicho repetidas veces el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el jefe negociador de paz del gobierno, Humberto de la Calle, se trata de "cambiar las balas por los votos" y que las FARC dejen de existir como organización armada ilegal, objetivo del acuerdo negociado en La Habana.
Juega en contra del nuevo movimiento el recuerdo que la mayorÃa de los colombianos tiene de las atrocidades cometidas por la guerrilla en el último conflicto armado del continente, que dejó cerca de ocho millones de vÃctimas, entre ellos unos 220.000 muertos, según el Centro Nacional de Memoria Histórica.
Por ello, el director del Observatorio para la Democracia de la Universidad de Los Andes, Miguel GarcÃa, dijo a Efe que "la degradación de la guerra que generaron las FARC hizo que se acabara la visión romántica que muchos tenÃan de ese grupo".
Como partido polÃtico, los analistas coinciden en que las aspiraciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) estarán centradas en obtener el poder local debido a que, históricamente, su mayor impacto ha sido el presentarse como una guerrilla rural. No será extraño entonces que en las primeras elecciones en las que participe el nuevo movimiento polÃtico busque afianzarse en las áreas en las que tradicionalmente han tenido influencia aprovechando el abandono del estado.
Mientras organiza la estructura del nuevo movimiento, las FARC tendrán portavoces con voz pero sin voto en el congreso, que serán ciudadanos en ejercicio de sus derechos, y en las elecciones de 2018 y 2022 se le asegurará al nuevo movimiento una representación mÃnima de cinco senadores y cinco diputados en la Cámara en caso de que no alcancen en las urnas el umbral requerido.
Dependiendo de la manera como las FARC hagan el tránsito de las armas a las ideas pueden encontrarse con el apoyo o la rivalidad de otros partidos de la izquierda colombiana que tienen representación parlamentaria.
Buscar aliados en otras formaciones "inicialmente no serÃa una opción porque comprometerÃa la autonomÃa misma del partido que van a crear y dejarÃa en evidencia que carecen de lÃderes carismáticos y preparados, con un discurso serio y bases ideológicas firmes", agregó GarcÃa.
Si a eso se suma el hecho de que los jefes de las FARC, aparte de carecer de conexión con el electorado son asociados por el grueso de la población a crÃmenes atroces, lo más probable es que tengan que buscar candidatos entre sus cuadros más jóvenes, para transmitir un mensaje de renovación.
Fuente: Bogotá, 23 (EFE).-
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