Por lo que se observa en algunos niveles de la comunidad orureña parecería que aún no se ha comprendido la importancia de consolidar el Puerto Seco como un proyecto directamente relacionado con el comercio exterior, dadas las características de su operabilidad, que permitirá el movimiento de volúmenes especiales de variada mercadería en su tránsito de y hasta destinos de ultramar, en las mejores condiciones de mantenimiento, añadiendo trámites propios del sistema aduanero.
Se ha mencionado que en el Puerto Seco, comerciantes y productores, importadores y exportadores podrán formalizar sus actividades comerciales derivadas del “tránsito” de productos en general, pero aprovechando una serie de planes especiales e incentivos tributarios fiscales legalizando el comercio que actualmente se presenta con caracteres de ilegalidad.
No es desconocida por ejemplo la vigencia de la Zona Franca de Iquique, la Zofri donde si bien existe un puerto marítimo de gran envergadura el negocio que se produce está justamente en las tareas portuarias y como se denomina en el “acarreo”, “apilado” y depósito temporal de cierta mercadería antes de seguir viaje a destinos predeterminados.
El Puerto Seco con sólo la ausencia del mar cumplirá mayores diligencias de las que se producen en las zonas francas, porque sencillamente tendrá otras formas de facilitar las operaciones que provengan en doble sentido de ida y vuelta entre los océanos Atlántico y Pacífico, hecho que generará un inusitado movimiento económico que redituará beneficios directos para nuestra región.
Otra de las ventajas definidas en el esquema del Puerto Seco será la creación de fuentes de empleo para centenares de personas de forma directa y miles de otros ciudadanos en forma indirecta, por tanto su efecto social de beneficio regional no puede desestimarse, al contrario debe ser apoyado e impulsado por autoridades, parlamentarios y los sectores cívicos reconocidos del distrito.
Los comerciantes que mueven el mercado portuario de Iquique en mayoría y poderosa fuerza económica, precisamente son los comerciantes bolivianos, los que en el futuro podrán agilitar sus operaciones de comercio legal en el Puerto Seco de su propia ciudad, ampliándose el sistema a cualquier contingente de personas y empresas comerciales o industriales, nacionales o extranjeras que deseen mejorar las condiciones de tratamiento de sus operaciones bajo normas de seguridad y garantía.
Es importante que el proyecto del Puerto Seco no sea objeto de un manejo politizado desde el gobierno central a través de la gobernación o la Asamblea Departamental. Se trata de un emprendimiento regional cuya data es mucho más antigua que la intención de ejercer control desde los mandos superiores a título de la vigencia de un sistema de mera y simple autonomía.
Se trata en realidad de uno de los pilares que fomentará la independencia regional, impulsando inclusive el movimiento directo del producto más importante de la producción departamental como es la minería, por esa y otras muchas razones los orureños deben evitar que éste y otros anhelos sean manejados bajo el poder centralista que seguirá ejerciendo presión por medio de un “brazo articulador” dirigido desde la Asamblea Departamental.
Fuente: LA PATRIA
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