Contrasentido en el gasto público

Mientras está definido que en la presente gestión habrá recorte presupuestario aún no establecido en porcentaje fijo, se anticipa que la próxima gestión (2017), los techos presupuestarios de las gobernaciones, los municipios y de las universidades públicas, disminuirán un 13 por ciento con relación a lo que se programó para este año.

Ya se avizora preocupación porque faltarán recursos, sin embargo en el Ministerio de Economía y Finanzas se estableció que al mes de julio pasado, esas entidades subnacionales, tienen dinero guardado en caja y bancos por un monto de 11 mil 429 millones de bolivianos, una suma respetable que no fue utilizada para cubrir gastos en proyectos, lo que significa una mala gestión administrativa, según la autoridad financiera.

A propósito del tema, se explica que los techos presupuestarios dependiendo de cada entidad, incluyen los ingresos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), el Impuesto Especial a los Hidrocarburos y sus Derivados (IEHD), el caso de regalías, coparticipación tributaria, entre otros elementos de contribución presupuestaria.

Según el titular de finanzas los subsectores departamentales, si hipotéticamente no tuvieran recursos el presente año, estarían obligados a disminuir sus recursos con saldos en caja y bancos para subsanar la iliquidez presupuestaria, pero las cosas no son así, por lo mismo se hace necesaria la adopción de medidas inteligentes que permitan a gobernaciones, municipios y universidades extremar esfuerzo y capacidad para crear fuentes generadoras de recursos que les permitan sostener sus actividades, preferentemente sin causar problemas sociales con despido masivo de empleados y más bien disminuyendo los gastos de ciertos rubros de "menor importancia" en efecto de beneficio comunitario.

En criterio del ministro de economía, hay una manifiesta ineficiencia en las autoridades de gobernaciones, universidades y principalmente municipios, que reclaman recursos y sin embargo lo malo de esas gestiones se observa en el volumen de fondos públicos que no han podido gastarse en planes efectivos. Una muestra de esa falta de capacidad para utilizar fondos señala que la ejecución de proyectos de inversión en gobernaciones llegó tan sólo al 40% de lo programado, de los municipios alcanzó un 30% y las universidades no pasaron del 20%.

Se afirma que "si los gobiernos subnacionales están en crisis, se debe a la mala administración, la mala gestión, a tener recursos guardados, no invertir, aumentar sus gastos corrientes y a que no diversificaron sus ingresos". La fría amonestación se hace patética, justamente cuando deben definirse en los sectores subnacionales, ciertas políticas que permitan en la presente y la próxima gestión, sostener las instituciones con menor presupuesto, pero destinando los fondos disminuidos a proyectos de rendimiento productivo, con visión para diversificarlos en servicio comunitario y en sostenimiento de planillas que muestren una real aproximación a las necesidades de cada organismo, sin privilegiar condiciones partidistas, sino más bien eficiencia, responsabilidad y voluntad para cumplir una buena ejecución presupuestaria.

Hay un contrasentido en este asunto, reclaman más fondos allí donde no han podido ejecutar los recursos asignados en la gestión pasada.

Fuente: LA PATRIA