Los pocos testigos que estuvimos en aquel lugar vimos cómo entró. ParecÃa una verdadera estrella, una caminata firme que se hacÃa notar en el pasillo cual pasarela. La cola la tenÃa parada, sÃntoma de sinceridad y seguridad. Asà caminó por el interior hasta encontrar su ubicación.
Al principio los presentes pensaron que se trataba de un pequeño can, pero luego repensaron en su mente que lo que observaban no era tan real como parecÃa, pero lo era, un felino, de esos conquistadores del mundo.
Mientras aquello acontecÃa, la gente se le acercaba, lo acariciaba y es más trataba de entablar conversación con el felino de mirada seria. No se asustó con ningún ser y mantuvo la cordura hasta el momento de partir.
Fue en ese instante que don Rómulo fue abordado por un inquieto ciudadano, quien le pidió que cuente la historia de Enrique.
Argumentó que Enrique es un gato que camina por la calle, no le teme a los autos ni a los ruidos, pero para llegar a ese nivel, tuvo que ser educado por su familia.
Fue por el internet que sus hijos lograron adoptarlo en la ciudad de La Paz y luego lo trajeron a Oruro. Pero no sólo se quedó en la casa, sino que comenzó a viajar junto a la familia, principalmente a Cochabamba. Es un felino muy bien educado que hasta la fecha no tuvieron problemas respecto a su comportamiento o necesidades fisiológicas.
"Cuando viajamos no molesta, se limita a tomar un poco de agua, come lo necesario y no molesta", afirmó.
"�l en su momento demuestra ese cariño, ese afecto que le damos. Es una compensación en el lenguaje que tenemos", afirmó.
Respecto a sus gustos culinarios, Enrique es un humano más, come desde los más ricos vegetales como lechuga, tomate hasta sus manjares de carne.
Si bien parece un gato serio, es juguetón y en su casa le gusta jugar a las escondidas. Asimismo, sabe cómo comportarse en la calle y dependiendo del lugar donde se encuentra, si está en la plaza sube y baja de los bancos. Pero, cuando salen de compras con la familia, lo que más le atrae son los maniquÃes con quienes quiere jugar cuando los ve.
Es una verdadera estrella en la calle, la gente aprovecha para tomarse fotografÃas, muchas veces fue filmado, es acariciado y sólo le falta dar autógrafos.
Su pulcritud es otro de los dones que tiene, le encanta el agua, principalmente ducha y puede estar allà por varios minutos. Cuando no tiene esa posibilidad se aproxima a cualquier grifo de agua y espera a que salga el agua para poder mojarse.
Sus amos recomendaron a todas las personas que tienen mascotas que los incorporen a la familia, no como un animal, sino como una persona más, ya que ellos son muy inteligentes y dan todo el cariño que tienen.
Tras ese diálogo Enrique fue alistado para salir de ese local, con su correa su amo lo llevó a la salida y juntos comenzaron a caminar por la calle, como grandes amigos y fieles compañeros.
Fuente: Por: Dehymar Antezana Periodista LA PATRIA
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