Sin lugar a dudas tenÃa un complejo de superioridad combinado con una absoluta falta de criterio de proporciones y ubicación, y se jugaba la vida como un vulgar brabucón quizás más que nada porque reposaba su salvaguarda en mi asistencia. Ã?l sabÃa que, aunque nos muerda a los dos, yo iba a hacer todo para salvarlo de cualquier lÃo en el que su despistado valor nos hubiera metido.
Lastimosamente eso no pasa cuando el parador no es un fulano cualquiera sino tiene la condición de mandatario, y a nombre de su paÃs profiere insultos e irreverencias a vecinos cercanos o remotos con el único afán del burdo protagonismo personal, sin meditar en las consecuencias de sus actos y peor aún en la suerte que correrán sus pueblos que en la mayorÃa de las ocasiones pagaron los platos rotos de los afanes prepotentes de sus iracundos lÃderes.
El 2 de abril de 1982, el mundo entero, se madrugó la noticia que llegaba desde el extremo sur del continente americano. La armada argentina transportó tropas terrestres rumbo a las Islas Malvinas, las Islas Georgias y las Sándwich del Sur, para tomar control territorial y militar de ellas para de esa manera reivindicar el derecho que según los argentinos les pertenece y que estaban en control ilegÃtimo e ilegal del Imperio Británico.
El abanderado de semejante osadÃa fue Leopoldo Fortunato Galtieri, quien micrófono en mano, ante una Plaza de Mayo atiborrada de gente y banderas, pronunció la memorable amenaza: "Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla".
Como Galtieri, otros de su talla más modernos siguen sus pasos, y van sembrando sus tropelÃas por doquier sin medir la pulseta, ni darse cuenta del tamaño del brazo al que invitan a su juego de fuerzas, con el único afán de un protagonismo barato y trasnochado como el de mi recordado perro.
Poco antes de que el congreso brasilero decida la suerte de Dilma Rousseff, Evo Morales, le dio un ultimátum a los congresistas del vecino paÃs para que antes de tomar una decisión piensen bien en las amenazas de los últimos tres paÃses progresistas de la región, Bolivia, Venezuela y Ecuador.
"Si prospera el golpe parlamentario contra el gobierno democrático de Dilma, Bolivia convocará a su embajador", dijo por su Twitter y no fueron sólo amenazas. Ni bien el desobediente parlamento brasileño hizo lo que por Ley le correspondÃa y su soberanÃa mandaba, Morales llamó a su embajador y creo que hasta el dÃa de hoy no lo manda de vuelta.
El canciller del aludido paÃs nos dijo que nos estábamos disparando en el pie, y desde acá le dijeron desde delincuente hasta otro montón de cosas irreproducibles.
Este jueves, Brasil nos informó que rebajarÃa la demanda de gas a la mitad, lo que junto a la baja del precio del petróleo, le significará al paÃs una disminución crÃtica en sus ingresos, y los que pagaremos el precio de estas paradas de gallo seremos todos los bolivianos, cuando lo que se debió haber hecho con Brasil, era no ver un Estado con gobierno enemigo, sino un socio comercial al que habÃa que darle todas las consideraciones por el bien del paÃs y no de los mandatos de turno.
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