Más necesidades y menos ingresos

Es un hecho que en el último trimestre de la presente gestión, será muy poco lo que pueda efectivizarse como planes de mejoramiento urbano, que proporcionen más seguridad y comodidad a los vecinos para que vivan en mejores condiciones y se sientan atendidos en sus más premiosas necesidades.

Si bien es cierto que el recorte presupuestario ya se dejó sentir, no es menos cierto que el hecho sirvió como un justificativo para reducir las obligaciones económicas en varios proyectos, lo que significa retrasar los mismos y dejar a la ciudadanía con anhelos frustrados y notorios perjuicios.

Proyectos como los de alcantarillado en barrios marginales, aceras y calzadas, habilitación de espacios verdes para recreación de niños, jóvenes y vecinos en general, están propiamente paralizados, ejemplos claros en urbanizaciones de la zona central este, otras en la zonas sur y en el extremo norte cerca a la Aurora.

Otra falencia es la que corresponde a una "programación de obras municipales" en las que se consignen detalladamente los proyectos definidos para cada uno de los distritos barrios, en las diferentes zonas de la ciudad. Los vecinos saben cuales son sus verdaderas necesidades, pero parece que las autoridades ignoran esos requerimientos y disponen programas de maquillaje urbanístico, allí donde las prioridades tienen carácter social, donde salud y educación están por encima del pintado de plazas o el arreglo precario de algunas calzadas, mientras en muchas calles las aceras son intransitables por su mal estado y hay barrios donde no se conocen los beneficios de seguridad para tráfico de peatones.

Cuánto del presupuesto municipal se destinará a salud, cuánto a educación, cómo se podrán encarar proyectos productivos de sostenibilidad y de qué manera se cubrirá el déficit presupuestario que se confrontará el año próximo, son las preguntas que aún no tienen respuesta. Tampoco se sabe si proyectos de envergadura, como el embovedado del canal Tagarete, o la contribución al presupuesto para construir un Mercado Central han sido tomados en cuenta porque esos son proyectos que la ciudadanía espera, antes que megaobras cuya utilidad y beneficio público están cuestionadas.

Lo que ya se escuchó es que el POA municipal será recortado, ni duda cabe, pero todavía no se explica cuáles serán los montos destinados a inversión, cuánto se destinará a gastos de funcionamiento, qué presupuestos y por qué serán recortados, cómo se salvarán gastos de obras en ejecución y lo más importante cómo se respaldarán los presupuestos para planes de saneamiento básico.

Algo que no cambia y es la lógica del crecimiento de la población y sus necesidades, es que éstas aumentan y lamentablemente en la gestión venidera se reducirán los ingresos, entonces por recomendaciones superiores, es cuando las autoridades deben mostrar ingenio y capacidad para compensar la reducción en asignaciones y fomentar la instalación de empresas productivas comunales, aprobar planes para mejorar las recaudaciones, y garantizar el sostenimiento de una planilla social, empezando por recortar los sueldos de los jerarcas, incluyendo concejales y personal jerárquico con apoyo partidista. Una tarea compleja, cuyas soluciones merece conocer la población.

Fuente: LA PATRIA