Como una estrategia adicional a las que despliega la Aduana Nacional en su lucha contra el contrabando, ha establecido la premiación a las comunidades que denuncien las actividades de contrabando que realice alguna gente en ciertas poblaciones que se consideran propicias para almacenar mercadería y hasta para ocultar grandes movilidades.
No hace mucho pobladores de una comunidad potosina próxima a la frontera con la Argentina, se beneficiaron con la dotación de importantes partidas de alimentos como premio a su "valiente decisión de informar a la aduana sobre la presencia de contrabandistas".
La ocasión sirvió para recordar que aparte de un premio extraordinario para uso de la población, está dispuesta otra contribución consistente en el 40 por ciento de la mercadería decomisada a favor de persona o comunarios que efectúen denuncias sobre la incursión de contrabandistas. Esa retribución según la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) se efectúa de manera reservada una vez que concluyen los trámites de incautación de efectos de contrabando y su apropiación legal vía proceso por parte de la aduana.
Está vigente asimismo el reconocimiento de un 10 por ciento de la mercadería que fuese incautada en algunos municipios, monto o productos que podrán ser utilizados para fines sociales del lugar. En el caso concreto de la denuncia que realice una persona individualmente sobre las acciones ilícitas de contrabando, la misma es retribuida con el 20 por ciento del valor total de la mercadería confiscada.
De acuerdo al informe de autoridades aduaneras, el programa de denuncias funciona en ciertos sitios del país por los que caravanas de contrabando transitan diariamente. En otras circunstancias, se observó que los contrabandistas se han instalado en apartadas comunidades, en una especie de "postas", en las que realizan "redistribución de mercadería" de enormes trailers a camiones de menor tonelaje, permitiendo su tránsito por carreteras de menor circulación vehicular.
Sin embargo de que el programa de retribución a las denuncias de ciudadanos funciona parcialmente en algunas poblaciones, no sucede lo mismo en otras donde realmente se verificó que los grandes contrabandistas son dueños de muchas propiedades rurales, habiendo acondicionado garajes y depósitos para realizar sus operaciones, allí donde pocos atemorizados pobladores, son parte de los grupos que cometen la internación ilícita de mercadería. De esas poblaciones se han mencionado algunas en la vasta zona altiplánica entre Oruro, Potosí, muy próximas a la frontera con Chile, donde se presume que los contrabandistas pagan o premian la lealtad de sus colaboradores, con mayores retribuciones que las ofertadas por la ANB.
Funcionarios de la unidad policial que trabaja en la aduana y conocida como COA, denunciaron a su vez, que hay comunidades que se han convertido en verdaderos centros de contrabando, inexpugnables por el control existente y la movilización de personal de avanzada conocidos como "loros", cuidando una "tierra de nadie" en la que el contrabando y hasta dicen que el narcotráfico, han sentado reales en perjuicio de la economía regional y nacional y la seguridad de la comunidad.
Un desafío particular para la ANB, que debe enfrentar condiciones de alto riesgo para encarar su trabajo de combatir el contrabando, actividad que por lo visto no ha disminuido y por ciertos datos se habría incrementado, como en el rubro de la ropa usada que sigue saturando los mercados del país, como también los electrodomésticos, telas y hasta automóviles. Dura tarea contra un sector dominante y agresivo.
Fuente: LA PATRIA
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