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Domingo 11 de septiembre de 2016

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Revista Dominical

La antigua civilización Huarcas

11 sep 2016

Por: Boris Bernal Mansilla - Director de Interculturalidad e Investigaciones Culturales del Gobierno Autónomo Municipal de Mocomoco

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Ya son siete años que venimos caminando detrás las huellas de la Antigua Civilización Huarcas, su territorio actualmente comprende los municipios de Mocomoco, Humanata y Puerto Acosta de la provincia Camacho del departamento de La Paz.

Nuestros recientes estudios confirman que la cultura Huarcas es predecesora a los señoríos aymaras o Kollas y al Kollasuyo en la época inca, y que sobrevivió a lo largo del tiempo resguardando celosamente sus sabidurías ancestrales. Es así que pobladores de esta región relatan la siguiente leyenda sobre su origen: "Un día los amautas convocaron a la gente y dieron órdenes expresas de esconderse en las cavidades de las rocas, de no salir de allí hasta que todo hubiera pasado, de cerrar los ojos y de pedir a las huacas para no sucumbir ante lo desconocido. Los amautas creían conocer el momento exacto y el rumbo preciso por el que surgiría aquel misterioso poder, cuyo nombre, según la leyenda, era Willka (El Sol).

Hicieron cálculos exactísimos del momento de la aparición del sol, pero no lograron atinar la dirección exacta de su surgimiento. Dijeron que saldría por el occidente y anhelaban que su llegada fuera el inicio de una era prodigiosa. Todo el pueblo obedeció las órdenes de los amautas, esconderse en pequeñas cuevas mirando hacia el oriente. "Así estaremos a salvo", pensaban.

Se escondieron todos, pequeños y grandes. Aguardaron con natural paciencia el inicio de una nueva era y la salida del sol. El silencio de la tierra inundaba el universo. Y salió el sol, para sorpresa de todos, por el oriente, quemando a muchos matándolos y dejando sus cuerpos inmóviles entre las rocas. Sin embargo, la de aquellos fue una muerte sin dolor, porque la tibieza de los primeros rayos de sol sedujo a los hombres y regocijó a los niños.

Todos gritaban alegres, pero muchos murieron porque no estaban acostumbrados más que a los hielos y vientos helados de la Cordillera que penetraban por cada poro de la piel hasta llegar a lo más profundo del alma. Murieron abrasados, sonrientes, habían conocido a un dios poderoso e increíble. Y surgió una época brillante en la Tierra.

Hasta el día de hoy están allí los huesos de aquellos que murieron a causa de la salida del sol. Duermen y nos vigilan desde las grietas de las montañas. Nadie se atreve ni debe tocarlos o moverlos del sitio, están allí para protegernos y cuidarnos. Eso recordamos de generación en generación los habitantes de Huarcamarca".

Hasta la fecha no existe una investigación o publicación que haya podido profundizar sus estudios sobre la civilización Huarcas, es por eso que tenemos hoy el privilegio y la responsabilidad de Dirigir el "Proyecto Huarcas" y presentar al mundo nuestros avances.

La investigadora Ximena Medinaceli en su libro "¿Nombres o Apellidos? El sistema nominativo aymara. Sacaca S. XVII" publicado por el IFEA, describe: "Warqha = Nombre que en la Provincia Muñecas se da a los pobladores Aymaras". Cabe aclarar que el actual territorio de Mocomoco e Italaque pertenecían a la provincia Muñecas hasta el año 1911.

Homero Elías en su libro "Cuentos e Historia de Italaque", menciona: "Una de las secciones del pueblo de Italaque se llama Huarcas por que las tribus Huarcas formaban parte del Curacazgo kallahuaya al que pertenecieron los antiguos moradores de Italaque"

Este Señorío o Curacazgo Kallawaya estaba constituido: "Al Norte del lago Titicaca sobre los flancos de las cordilleras de Carabaya y Apolobamba, cortado por los afluentes superiores de los ríos amazónicos" como describe Thierry Saignes.

Es así que esta jurisdicción asociaba dos regiones que fueron, posteriormente, separadas: la Norte, los valles superiores de los ríos Carabaya (actual Tambopata) y Huari Huari que formaron la provincia colonial de Carabaya, incorporado luego al Perú; al Sur, los valles superiores de los ríos Camata, Copani y Pelechuco que integraron la provincia colonial de Larecaja y pertenecen en la actualidad a Bolivia.

A la llegada de los españoles: "En 1596 Charazani forma una parroquia, Mocomoco otra, Carijana y Camata se reúnen en la misma, Umanatta debe unirse a los indios Canchis de Usadca para formar la nueva reducción y la parroquia de Italaque", así lo registra el Archivo General de las Indias en Sevilla España (AGI, 532).

Las nuevas reducción de Italaque y Mocomoco se constituyen bajo la forma de la parcialidad y los ayllus: "Italaque se forma con tres parcialidades, Huarcas, Canchis y Pacaures; Mocomoco con las parcialidades de Huarcas e Ingas" (Archivos parroquiales de Italaque - AP LF1p.21v). En una publicación próxima detallaremos los ayllus que las constituían.

Sobre el legado ancestral que esta civilización dejó mencionamos ahora dos de gran importancia: La arquitectura y los vestigios de lo que fue su centro político y espiritual como es la ciudadela arqueológica de Huarcamarca ubicada en el distrito de Wilacala del Municipio de Mocomoco. Al respecto el arqueólogo Max Portugal Ortiz, comenta: "Warkamarka ya desde los primeros estudios que mereció se lo consideró como establecimiento ligado a los señores de habla aymara, acierto que anda bien encaminado por todo lo visto hasta ahora. Por otra parte aún persiste en la región de Mocomoco la tradición de una antigua división territorial, con áreas de influencia Warka que abarcaría hasta Mocomoco y otra inca que se orienta hacia los dominios de la comunidad actual ingas que no era otra cosa que un trasplante social efectuado seguramente durante la expansión cuzqueña. Las excavaciones en este sitio serían sumamente fructíferas para historiar su trayectoria cultural." (Revista Arqueología Boliviana No 2 -1982)

Otro legado relevante de esta civilización es la música y danza del Sikuri como menciona Garcilaso de la Vega en sus "Comentarios Reales": "De música alcanzaron algunas consonancias, las cuales tenían los indios collas, o de su distrito, en unos instrumentos hechos de cañutos de caña, cuatro o cinco cañutos atados a la par, cada cañuto tenía un punto más alto que el otro, a manera de órganos". Es así, que el Sikuri se constituye en expresión de saberes ancestrales emanados y originarios del territorio de Huarcas.

Aquí presentamos este primer escrito de una serie que preparamos con el fin de la publicación de un libro en un futuro sobre la fascinante civilización de los Huarcas del Departamento de La Paz, que nos heredó conocimientos y sabidurías ancestrales que forman parte de nuestro Ser.

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