Está claro que el tema de la salud deberÃa considerarse como un servicio y un derecho elemental de cualquier ciudadano, aspecto que se da sólo en contados esquemas "socializados", en los que rigen los servicios gratuitos de salud pública, aunque se establecen ciertas condiciones de especialidades con costos adicionales, asà sean de mÃnima cuantÃa.
Luego están los servicios del seguro social, igualmente limitados y como en el sistema público extremadamente saturados por una demanda creciente de atención y una limitada respuesta de servicios con deficiencias propias de las restricciones presupuestarias imperantes en el sistema. Hay que reconocer que existe una competencia en mejorar los servicios en ambos sectores público y del seguro social. Se menciona la dotación de costosos equipos que en algunos casos no sirven a los pacientes por la carencia de personal especializado.
Los servicios públicos y los del seguro social no pueden ni deben quedar relegados, al contrario deben superarse por un lado con mayor asignación del presupuesto público y por el otro con un reordenamiento del sistema de seguridad social que mejore los servicios a favor de sus afiliados que sagradamente aportan para tener un eficiente cuidado de su salud.
Es bueno sensibilizar a los responsables de todos los niveles de mando para que prioricen la inversión de fondos en servicios de salud y no hagan gastos suntuarios en proyectos de reducido impacto social.
Fuente: LA PATRIA
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