Crisis polÃtica de Brasil se "judicializa" tras la destitución de Dilma Rousseff
03 sep 2016
Fuente: RÃo de Janeiro, 2 (EFE)
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La crisis polÃtica que derivó en la destitución de Dilma Rousseff, esta semana se ha judicializado y ha pasado al Tribunal Supremo de Brasil tras la denuncia presentada por la defensa de la ex presidenta y la respuesta de los aliados del nuevo gobierno de Michel Temer.
La decisión de admitir dos votaciones -una sobre la destitución y otra sobre la inhabilitación- fue adoptada por el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Ricardo Lewandowski, que moderó el proceso en el Senado, a petición del Partido de los Trabajadores (PT).
A pesar de la presencia de Lewandowski en la etapa final del juicio polÃtico, la defensa de la expresidenta ha recurrido precisamente al Supremo Tribunal Federal para pedir la nulidad de la destitución de Rousseff argumentando "gravÃsimas" irregularidades en el procedimiento.
Una reacción que desde sectores del PMDB se intenta frenar no sólo porque varios de los senadores del partido votaron en contra de inhabilitar a Rousseff -entre ellos Renán Calheiros, el propio presidente del senado-, sino porque las denuncias cruzadas podrÃan llevar al Tribunal Supremo a revisar todo el proceso aunque, según analistas locales, tendrÃan pocas posibilidades de prosperar.
Al menos cuatro de los once magistrados que integran el pleno del Tribunal Supremo habÃan adelantado ya esta semana que no tratarÃan el tema si llegara a esta instancia por considerar que es una cuestión que corresponde al poder legislativo.
Mientras la crisis polÃtica se judicializa, se multiplican en Brasil las hipótesis sobre la actuación del senado y sus posibles consecuencias.
La clave está en la decisión de no inhabilitar a Rousseff, que podrÃa beneficiar a aliados de Temer con procesos abiertos, como el expresidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, unos de los cerebros de la destitución de la ex presidenta, ahora alejado de la primera lÃnea polÃtica por acusaciones de corrupción.
El precedente de Rousseff podrÃa repetirse en el caso de Cunha, que será juzgado por el la Cámara de Diputados en septiembre y que podrÃa ser destituido pero mantener sus derechos polÃticos.
En el ojo del huracán, el titular del senado, Calheiros, que apoyó la destitución de Rousseff pero defendió públicamente que no fuera inhabilitada.
Calheiros tuvo que salir hoy (ayer) a rechazar las teorÃas sobre una supuesta "maniobra" para beneficiar a Cunha y a otros legisladores salpicados por escándalos de corrupción y defender la decisión del presidente del Tribunal Supremo de aprobar votaciones separadas sobre la destitución y la inhabilitación de Rousseff.
"Fue correcto y absolutamente defendible", dijo, convencido de que la "judicialización" puede ayudar a despejar dudas sobre procedimientos similares: "Es el mejor momento para que podamos decidir sobre eso de una vez por todas".
El presidente ha asegurado que, antes de viajar, conversó con sus aliados y "la cuestión está superada. No habrá la menor dificultad".
Para Temer, se trata de "pequeñas cuestiones embarazosas", similares a otras que ha logrado resolver en sus 34 años de carrera polÃtica.
Fuente: RÃo de Janeiro, 2 (EFE)
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