Comienza el noveno mes del año y nos separan sólo tres del final de esta gestión que corre inexorable y coloca a los bolivianos ante una disyuntiva de avanzar lo más que se pueda en el tiempo inmediato o dejarlo pasar sin cumplir los retos que se fijaron al comienzo del año y se los ratificaron con mucho entusiasmo cuando en el mes de la Patria, se los mencionó como referente de los planes que están en proceso de ejecutarse.
De manera contextual el argumento que manejan los ministros del área financiera tiene que ver con la "estabilidad económica", las reservas, aunque disminuyeron por necesidades de emergencia, siguen siendo el "colchón" de la economÃa nacional y en base a tal situación se mantiene al paÃs en un lugar de privilegio entre los de la región, por el Ãndice de crecimiento del PIB, que este año bajará porcentualmente pero seguirá siendo lÃder referencial frente a los vecinos.
Dadas esas condiciones, de manera general se ratificó la estrategia nacional de mantener los logros de orden financiero, recuperar el nivel de reservas y asegurar que las mismas permitan diversificar nuestra economÃa para luego consolidar una institucionalidad más fuerte y fortalecida que mejore las condiciones de vida de los bolivianos.
Fijadas esas metas de orden general, es imperioso que se dispongan algunas alternativas para reducir mucho más el Ãndice de pobreza, puesto que todavÃa en nuestro paÃs hay regiones con ciudadanos que viven bajo fuertes restricciones debido a la falta de condiciones propicias para desempeñar sus habituales labores productivas. La agricultura y la ganaderÃa han sufrido el embate de condiciones climatológicamente adversas que han complicado a comunidades empobrecidas y que necesitan de un plan de contingencia para superar sus condiciones de vida.
El aparato productivo todavÃa no alcanzó el rendimiento esperado para incrementar sus niveles de crecimiento, alterado ese proceso por factores diversos entre estos, la competencia externa, el comercio de los paÃses vecinos con un juego especial en el manejo de su dinero, mientras en el nuestro el cambio del patrón económico financiero se mantiene inalterable, generando una obligada disminución en rendimiento y comercialización. El contrabando y la importación autorizada por ejemplo de productos chinos, es una desleal competencia con nuestra industria textil y del cuero, mientras que en el rubro alimenticio, lo que nos venden los vecinos afecta la estrecha capacidad de nuestra agroganaderÃa.
En el plano de alta industria la vigencia de precios para nuestras materias primas sigue siendo una limitante en la búsqueda de objetivos mayores, en el caso del gas, han disminuido nuestros ingresos, mientras que en la minerÃa si bien se habla de una "leve mejorÃa", tal situación no es aún la mejor para encarar planes de urgencia, como los de prospección y exploración de nuevos yacimientos, tampoco es permisible avanzar abiertamente en los macroproyectos, como el litio o el caso del Mutún.
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