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Domingo 28 de agosto de 2016

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Cultural El Duende

Sin distinciones de clase, lejos, en el país de la libertad

28 ago 2016

Fuente: LA PATRIA

Erika J. Rivera

Sin distinciones de clase, lejos, en el país de la libertad son palabras reiteradas en la novela satírica de Diego Loayza y Mario Murillo titulada La isla trasnochada (La Paz: Plural, 2016; 265 pp.), que despierta un claro interés sociológico. Los autores usan innecesariamente el pseudónimo de Belisario Flores. Considero que este texto literario es un vehículo para comunicar ideas sociales y políticas. Se entrecruzan varios personajes y temáticas en un determinado espacio articulados por un horizonte en común: una nueva vida muy lejos, fuera de nuestra realidad convulsionada. En el desarrollo de los doce capítulos de esta sátira se expresará todo lo contrario a la idea de una comunidad con un objetivo en común. Asimismo el texto describe las miradas de unos y otros individuos, que conforman al final una estratificación social basada en los mismos acomplejamientos de siempre que encontramos en la sociedad boliviana. Esta novela nos muestra la mirada de lo que piensan y de lo que sienten ciertos sectores sociales que se consideran a sí mismos como privilegiados y cómo observan y tratan a los otros, es decir a los no privilegiados como distintos e indignos de pertenecer a su grupo social. Pero como no todos pertenecemos al sector social que la novela nos pinta, considero que hubiera sido interesante realizar un glosario para comprender dinámicamente expresiones de fondo que tienen que ver con el sentido de lo que se quiere denotar, si es que la novela fue pensada para un público en general y no así para un grupo selecto.

Esta obra se inicia con el primer capítulo denominado "Do iT": "Me temo decirles que la situación actual cada vez confirma, y de manera más contundente que estamos haciendo lo correcto. Como si la toma de aeropuertos, los bloqueos y los saqueos no fueran suficientes, los enfrentamientos de ayer han mostrado que realmente este país está implorando un oscuro desenlace. ¿Qué podemos esperar de una ´ciudadanía´ tan ignorante? [�] El envío de un convoy especializado para rescatarnos y llevarnos a territorio federal de los Estados Unidos está garantizado; una estadía indefinida con un permiso especial, cortesía de Do iT Internacional. ¿Entienden? Las redes de Do iT son tan globales, y la solidaridad tan enorme, que no estábamos locos en afirmar que se iban a preocupar por nosotros: la gente de bien, la gente decente. [�] �veo auténtica gente selecta en esta gran familia. ¡Que elegancia! Si todos en este país fueran como ustedes, no tendríamos nada que envidiarles a Holanda o a Suiza. [�] Los incrédulos que andan por ahí siempre me decían que en estas épocas locas todos los bolivianos se escudan en grupos de choque, comunidades, sindicatos, confederaciones, juntas vecinales, paramilitarismo, etcétera; todos organizados para enfrentar la crisis excepto nosotros, los decentes, los profesionales de éxito, los ciudadanos de estirpe. Hemos sido víctimas de una discriminación insólita e injustificada de parte de gente atrasada, por decir los menos. [�] A partir de ahora dejamos atrás un mundo y nos lanzamos a la conquista de otro, más digno de nosotros, de nuestras familias, de nuestros hijos, de nuestra categoría. Un mundo con educación, progreso, higiene y oportunidades. Ahí vamos, ahí pertenecemos".

Como podemos observar, la construcción de este texto literario denota concepciones de mundo, posiciones encontradas entre lo que se considera la civilización y su opuesto denominado la barbarie con estratificaciones sociales no superadas con la modernización del siglo XXI. Se expresa la tensión de nuestra sociedad escindida entre el mundo moderno como paradigma civilizatorio y nuestra realidad: un mundo considerado atrasado porque devela problemáticas no superadas. La trama se centra en cómo los diferentes estratos se enfrentan a esta realidad: desde la violencia hasta el aislamiento que sin soluciones estructurales simplemente nos llevan a la decadencia y aniquilación de nuestra existencia como sujetos íntegros. Esta novela es una interesante propuesta para preguntarnos qué tipo de Bolivia queremos o qué tipo de sociedad estamos construyendo. Los autores nos presentan como personaje central de este capítulo a Janvier Rocha quien refleja lo que hoy podríamos llamar el parámetro de un ejecutivo exitoso: el ideal de todos los que persiguen este modelo de vida. Janvier [sic] tiene un porte de modelo, es decir que posee un cuerpo esculpido, un individuo sin barriga, algo muy importante en nuestro tiempo porque atraviesa todos los estratos sociales. Esto es lo que afirman los investigadores J. L. Moreno Pestaña y C. Bruquetas Callejo en su libro: "Sobre el capital erótico como capital cultural". El parámetro del índice de masa corporal se despliega desde los países del primer mundo hasta los países periféricos, un tema que trasluce en la novela a través de este personaje impecable, pulcro, viril, atractivo y con una gran capacidad retórica que infunde liderazgo por su carisma sobresaliente y su buen humor. Este personaje representa los ideales de progreso y el individuo que es capaz de llevarse el mundo del marketing por delante porque está hecho para la eficiencia y la eficacia, en un mundo de mercado con valores frívolos y consumismo superfluo. Para ese estrato social este personaje representa el amor propio y el reforzamiento de la autoestima: gente inconformista con metas elevadas que busca el éxito sin tapujos. Para ellos es el símbolo del progreso. La tensión de los personajes y los acontecimientos en el desenvolvimiento de la novela nos conducen a la pregunta: ¿Adónde nos conduce todo esto?, ¿cuál el sentido de la descripción y trama de los personajes? La incertidumbre nos conduce a continuar con la lectura por no avizorar en mi caso un desenlace. Muchos de los entramados nos provocan una repulsión ética, nos conmueve y nos interpela tal vez cuestionando nuestra cotidianidad superficial sin importar la edad, la profesión o el estrato social. Muchos de los problemas son intergeneracionales y domésticos y forman parte de la cotidianidad que debemos enfrentar como reflejo del tiempo y el espacio en que nos ha tocado vivir.

A riesgo de equivocarme, considero que el eje central de la novela se encuentra de la página 113 a la página 116 articulada con la consigna: Baja productividad. Este problema nos anticipa la pregunta por el desenlace. Después de cinco capítulos de presentación de los personajes, sus gustos, sus antecedentes laborales y sociales bajo su aislamiento voluntario en aras de un destino mejor, despilfarran sus recursos en sus fiestas bacanales esperando la llegada del famoso convoy que los llevará a un mejor destino. La problemática nos muestra que cuando se trata de asumir responsabilidades no existe ninguna comunidad exitosa, porque nadie quiere ensuciarse las manos. He ahí a los escogidos, los finos, los privilegiados, que son reflejados como parásitos, inútiles y sucios que en su elocuencia creen que solo están hechos para faenas administrativas, logísticas y ejecutivas mientras se hunden en la mugre y la basura. Es el despliegue de la total decadencia porque llegan a convivir hasta con las ratas. Estrato social parasitario que solamente genera basura a través de un consumo masivo y superfluo y al no querer ensuciarse las manos porque se consideran superiores terminan conviviendo entre la suciedad. Un hábitat que logra provocar la repulsión del lector y todo debido a un estrato social que bajo el supuesto de ser los privilegiados y los distintos en este país, es incapaz de ensuciarse las manos en aras de la limpieza, jactándose de la servidumbre a su disposición.

Podemos percibir el encubrimiento de su inutilidad recordando la Dialéctica del amo y del esclavo de G. W. F. Hegel. Pero como en todo problema existe la búsqueda de una solución, los personajes que se consideran a sí mismos como los superiores, deciden representar a las fuerzas conservadoras e insisten en estratificar esta comunidad y retroceder a una sociedad de clases dejando claro a través de su liderazgo, como lo expresa uno de los protagonistas: "Las aporías constituyen la esencia de lo político y, nuevamente, lo he ignorado creyendo ser el médium de un humanismo pluralista. Aun así he madurado: el idealismo purista es cosa de libros y de aulas. He aprendido que para guiar a mi pueblo hacia la luz al final de este túnel debo gobernar y para gobernar se deben hacer concesiones". Y así surgirá nuevamente lo que en la historia hemos conocido como el apartheid, el gueto, los siervos de la gleba y por qué no pensar en el esclavo, el pongo, el mitayo, el yanacona y un gran etcétera. De este modo los personajes privilegiados se dirigen con todo desprecio a quienes han osado ser iguales a ellos. Los miembros de la élite deberán pagar con un alto rendimiento para mitigar la baja productividad de los otros. Así lo establece el diálogo:

"-¿No sientes ese olor insoportable? Nos estamos volviendo locas. Y las moscas, Dios mío, parece Cochabamba. Los baños están hecho un asco y hay pelos en las duchas, nadie quiere cocinar y ya estamos con el colesterol por las nubes por las famosas parrilladas del Kiti y los hotdogs de la Karem� ¿Cómo vas a solucionar eso? Nosotros ya tenemos todo planeado: hay que hacer trabajar a los que se lo merecen. Mientras se crean iguales no se van a poner a trabajar, querido. No vas a pisar el mismo palito que cuando eras presidente de verdad. Tienes el poder.

-No te olvides que esta vez he sido electo por mayoría� y semejante medida iría contra nuestros fundamentos comunitarios.

-No sé, pero si los indios se nos entran antes de que se termine la barrera, tú vas a ser el responsable. Si tú sabes de esto, Toñito, tú eres gente, tú te has codeado con lo mejor de lo mejor".

El punto álgido de la trama nos señala un desenlace inesperado bajo el "Primer Comunicado Oficial" referido a la llamada "Reforma del Sistema de Repartición de Faenas y Responsabilidades" bajo los términos de "obligación moral y fiduciaria para con la comunidad", "compensación solidaria y desinteresada". Este documento pone a conocimiento del colectivo una lista de familias "voluntarias" que se dedicarían exclusivamente a esas tareas (albañilería, cocina, aseo de baños, aseo de áreas comunes, aseo de vestimenta e indumentaria y mantenimiento general) para compensar los bienes que reciben a cambio.

Finalmente, como ya lo dije, esta es una novela sociológica que trata acerca de la estratificación social del presente (siglo XXI). Muestra los prejuicios sociales de un sector adinerado, personajes acomplejados que tratan de probarse a sí mismos que son exclusivos. Los autores nos presentan una obra articulada para la comprensión de ciertos sectores como reflejo de lo boliviano, que aunque no nos guste, existen y tenemos que convivir con ellos. La gran habilidad de representación de los personajes nos permite comprender este texto literario pese a que seamos ajenos a ese entorno social. Es un buen aporte para reflexionar sobre los complejos y traumas bolivianos visibilizando la posible superación de patologías. Esta construcción crítica entre realidad y ficción es rescatable para la toma de consciencia y para ponerse a uno mismo en cuestionamiento. Antes de criticar y exigir al boliviano en abstracto expresando que este país y su gente no sirven para nada, esta novela nos enseña que primero debemos aprender a exigirnos a nosotros mismos. Entonces empecemos a preguntarnos: ¿Qué puedo hacer por este país?, ¿qué puedo hacer por los demás?, ¿cómo puedo aportar?, ¿cómo puedo mejorar?, ¿cómo puedo ser mejor cada día? En una palabra: lograr que este espacio geográfico sirva para vivir sin aniquilarnos es tarea nuestra, de todos los días y de cada uno de nosotros desde el contexto en el que nos encontremos.

Erika J. Rivera. La Paz. Escritora.

Fuente: LA PATRIA
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