Alcaldía en busca de dinero

Quién creyera, pero resulta que cualquier forma de obtener dinero será de mucho beneficio para compensar el bajón presupuestario de los municipios y en ese orden de cosas, hay que aprovechar todas las ideas que siendo legales y factibles puedan aplicarse en su momento para recaudar fondos para el Tesoro Municipal.

De qué se habla. Del hecho de establecer mediante normas el cumplimiento de varias regulaciones, las que al ser infringidas determinarán la aplicación de sanciones pecuniarias que se tendrá que pagar al municipio, eso significa generar un ingreso saneado y por la característica de infracción, especialmente en nuestra ciudad, un ingreso seguro, en un determinado periodo.

Hay que empezar por una prolija revisión de los instrumentos municipales que hayan sido dictados con el fin de utilizar adecuadamente los espacios públicos, tendrían que ser ordenanzas o mínimamente circulares conminatorias que no están vigentes o se encuentran por efecto de tiempo y espacio obsoletas, por lo mismo no hay autoridad que ponga orden en el caos existente.

La primera medida corresponderá al ente legislativo de la comuna, actualizar las disposiciones propicias a la generación de recursos, si no las hubieran deben ser procesadas desde su redacción, aprobación y ejecución, pero ya, pues la comuna necesitará fondos casi de inmediato.

En varias oportunidades se ha mencionado el incumplimiento de disposiciones, pero en la práctica se las desconoce, por lo mismo hay que publicitarlas para que la población tome en cuenta que habiendo prohibiciones concretas no se puede infringirlas sin tener que someterse a sus capítulos sancionatorios. Para decirlo más claro hay que estar conscientes de que la desobediencia se paga.

Naturalmente se necesita un trabajo especial de adecuación de las normas, para quienes ocupan los espacios públicos de manera indebida, el caso del comercio informal, o del establecido que amplía en sus puertas varios metros para exponer sus productos, las aceras deben ser despejadas completamente, como también las calzadas donde una buena cantidad de comerciantes hacen de las suyas dejando a los transeúntes en la peligrosa y necesaria actitud de competir con las movilidades para transitar en muchos sitios de la ciudad.

El otro caso es que muchas calles son utilizadas para el desplazamiento abusivo de conjuntos folklóricos, de columnas estudiantiles, en ensayos u otras celebraciones, se suman las marchas de sectores sociales y como si fuera poco hasta la plaza principal se la utiliza como campo ferial y sus esquinas como sitios de bloqueos a cualquier hora y día. Esas son transgresiones casi�casi cotidianas y que no deberían producirse si las mismas están prohibidas.

Las sanciones monetarias a instituciones tendrían que morigerar las faltas y en caso de reincidencia doblar el valor de las multas, lo que significará créase o no, un ingreso al tesoro municipal, pero cumpliendo una finalidad loable de ordenar nuestra caótica ciudad, todo dependerá de la seriedad de la normativa y de la aplicación de autoridad respectiva para que se cumpla lo que se dispone en defensa del derecho ciudadano, además de mejorar los ingresos.