Diálogo: Alternativa de pacificación

Si no se abre un diálogo sincero, cara a cara, con todas las cartas en la mesa y la mayor predisposición de las partes para buscar y encontrar soluciones, será muy difícil que se logre eliminar las desavenencias del presente y borrar dolorosas marcas de enfrentamientos recientes que han dejado víctimas, entre heridos, encarcelados y hasta dos víctimas fatales, lo que sólo se puede mitigar con un buen acuerdo de partes.

En las pasadas horas, recrudecieron los enfrentamientos, se impuso otra movilización de los mineros cooperativistas y se reactivaron algunos bloqueos que en el tiempo de su vigencia, ocasionaron perjuicios y muchas protestas entre los ciudadanos perjudicados por la agresiva y atrabiliaria decisión de un sector que atentando contra los derechos ciudadanos puede ocasionar serios daños en la economía y en las responsabilidades de terceras personas que nada tienen que ver con los problemas sectoriales.

Parece que dependiendo de las condiciones y de los actores, se asumen decisiones en los niveles de Estado. Ejemplos recientes nos muestran tal situación como sucedió con los discapacitados, que luego de una sacrificada marcha y buen tiempo de "vigilia" en una plaza a la que no pudieron entrar porque se la enrejó tuvieron que volver a sus distritos con las manos vacías. Pero otra cosa es con mineros, estos con dinamitas y además con una fuerza movilizada que puede exceder los límites de control policial, como se observó en los hechos.

Ante esas circunstancias, el asunto obliga a tomar resoluciones de urgencia y evitar enfrentamientos y perjuicios entre bolivianos, mostrando interés para tender la mesa del diálogo, aunque con ciertas condiciones de por medio, justificadas las mismas si se trata de evitar daños a la economía de la gente atrapada en los bloqueos y más pérdidas de vidas humanas, por tanto la negociación sin medidas de presión.

Midiendo las contingencias del actual problema, las cosas se complicaron porque no se las atendieron oportunamente, recuérdese que el primer pliego de los mineros cooperativistas era de sólo 10 puntos que al no ser tratados en su momento aumentaron a más de 20, incluyendo varios sectores afines, que de cualquier modo tendrán que ser considerados en la fase de la negociación abierta.

Hay que sopesar las contradicciones que surgen entre los cooperativistas, por ejemplo en el tema de no admitir que sus trabajadores se sindicalicen o que sean eximidos del respeto a la ley de medio ambiente en sus operaciones mineras, sólo como ejemplos simples de que dialogando deben avenirse ideas, intenciones y el respeto a las leyes y normativas vigentes. Es lo que se espera.

Fuente: LA PATRIA