Miercoles 24 de agosto de 2016

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Todo gobierno constitucional, al asumir el poder de la nación, está obligado a estar preparado sobre los diferentes tópicos que interesan al país; es decir, que debe haber un plan de realizaciones en base al manejo de la economía, de las fuentes de producción y de los proyectos que se piensa llevar a cabo conforme a disponibilidades financieras del país y, sobre todo, a la disponibilidad y capacidad de profesionales entendidos en cada materia. Lamentablemente, el actual régimen no ha previsto nada y parecería que cuando asumió legalmente el mando de la nación, conjuntamente su partido, lo hizo como si fuera un régimen defacto sin proyectos ni planes de ninguna clase.
Esta es una realidad que se sufre sobre todo cuando se presentan dificultades que llegan a estados de crisis como las que estamos viviendo pese a los optimismos del sector económico gubernamental que creen que tenemos una economía "blindada" contra todo peligro o contingencia. La verdad es que no se ha previsto nada y sólo se ha disfrutado un contento con los altos ingresos por las exportaciones de gas, minerales y soya que tuvimos a partir del año 2006. Esa tenencia de medios financieros ha puesto una especie de venda a los ojos del gobierno para que no vea o prevea que podrían haber situaciones conflictivas que hagan peligrar la estabilidad económica inclusive mediante la conformación de reservas que han sido interesantes y jamás logradas en la historia del país porque tampoco hubo oportunidad de contar con los ingresos que se tuvo hasta el año 2014 en que decayeron los precios internacionales del gas y de los minerales.