Lunes 03 de mayo de 2010
ver hoy
Siempre se ha dicho que en Bolivia hay disposiciones de avanzada, Leyes progresistas que garantizan la propiedad privada, el patrimonio de las personas la libertad y sobre todo la libertad de expresión; en el orden familiar ni que decir, la mujer, la familia y la minoridad no tendrían por qué quejarse o sentirse desprotegidos. En los hechos todas esas disposiciones son letra muerta, porque hay persecuciones, hay avasallamientos, la familia resquebrajada, la mujer así como los niños, vejados y ultrajados, porque todavía hay trogloditas con apariencia humana que se solazan con el sufrimiento ajeno.
Alguna vez hemos pensado por qué el País o mejor la sociedad se estremece al tener conocimiento de hechos cavernarios, donde las mayores víctimas son los más indefensos; quizá los operadores de Justicia estén aplicando la "ley del embudo".
La actual Constitución Política del Estado, que tiene preceptos rescatables mantiene uno de los Recursos Capitales en el ordenamiento jurídico vigente en nuestro País, nos referimos al Habeas Corpus, hoy contra denominación y sobre todo el Amparo Constitucional, que no es sustitutivo de otras instancias judiciales, es decir que el Amparo Constitucional procede cuando ya se han agotado las otras instancias adjetivas y sustantivas, sin embargo hoy por hoy el Amparo es usado y abusado con tanta frecuencia que su tratamiento es irreverente y su constante repetición lo han convertido en una zancadilla leguleyesca que ya no merece respeto.´