"Zombis telefónicos"

Me llamó mucho la atención el reportaje difundido en fin de semana por la cadena CNN (Cable News Network) en Español, sobre los "zombis telefónicos", referida a una enfermedad social provocada por el uso excesivo y adictivo del celular. El problema identificaba a países como Corea del Sur, Japón, China y Alemania, que en la actualidad, cuentan con mayor cobertura telefónica móvil y con cientos de millones de abonados que consumen este servicio diariamente. La nota se refería más propiamente a los peligros de tránsito en vía pública de los usuarios que con la mirada fija y atenta a la pantalla del celular circulan sin sentido, producto de su actitud adictiva e irresponsable. Este problema ha exigido que las autoridades coloquen señales luminosas en el suelo para alertar la proximidad de una calzada, y letreros llamativos para los automovilistas para prevenir el atravesamiento de personas poseídas con el aparato en cuestión.

El celular o móvil, es un dispositivo electrónico que fue diseñado para telecomunicaciones personales a través de una red inalámbrica, cuya función depende de la instalación de antenas de transmisión radial, con cobertura de hasta cien kilómetros, y cuya funcionalidad es igual a de las radiotransmisiones. Su rasgo diferencial y superior sobre los otros tipos de teléfono es su cómoda portación, el acceso fácil a los servicios ofrecidos por las empresas y la cantidad de aplicaciones para el entretenimiento, que en los aparatos de última generación cada vez son mejores, para el envío y recepción de mensajería de texto y voz, video, música, fotografía, grabación y memoria; aunque el costo para su adquisición no es conveniente, a no ser de marca pirata o de imitación china, y el pago por los megas de navegación, que en el país todavía son lentos, defectuosos y costosos.

Las conductas adictivas provocadas por su exagerada utilización han llevado a los especialistas a estudiar el problema con más detenimiento, puesto que las muestras de enajenación que tienen los usuarios son preocupantes para la salud pública. Por eso la denominación de zombi telefónico para los que caminan como muertos vivientes por las calles, como el espécimen zombi de la cultura vudú haitiana, que es la representación de un cadáver resucitado, un cuerpo que ha vuelto a la vida, sin alma, sin voluntad y dominado por un impulso sobrenatural. Esta analogía es usada por los psicólogos que notan en los celu-dependientes alteraciones en los sentidos como la hipoacusia y deficiencias oculares, así como problemas mentales y daños en el sistema nervioso por cefaleas prolongadas. Por ejemplo, uno de los trastornos es la monofobia (mono, solo y fobia, miedo), que es el miedo por el extravío, robo u olvido del celular, o algún otro dispositivo electrónico de comunicación, es el miedo a la soledad informática; así como el estrés electrónico, la ansiedad y la flojera cerebral, pues ya nadie piensa en resolver problemas, todo lo encuentran en la red; además del automatismo mental, donde las personas no se dan cuenta que parte de su vida psíquica se les escapa y están sometidas a una influencia exterior poderosa.

En todo caso, el tipo de zombi telefónico que se está creando actualmente no es un muerto viviente que busca comer cerebros, sino un vivo "muriente" que se deja absorber la conciencia; por eso cada vez se tienen más indicios de muerte paulatina y silenciosa en los celu-ambulantes, a través de la pérdida del alma, la voluntad y la libre determinación de autorregularse, el deterioro de sus habilidades mentales y sentimentales; así como la muerte de sus facultades en la audición, la visión y, sobre todo, la misión en este mundo de hombres y mujeres conscientes.