Domingo 21 de agosto de 2016
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Cada ser humano viene a esta Tierra con un determinado programa anÃmico o de vida. Cuando este programa ha transcurrido puede ser que la muerte fÃsica se presente, lo que indica que es posible que el karma de una persona haya sido eliminado y precisamente por eso el cuerpo muere. Por eso Dios considera primero la salud del alma, o sea la sanación interna. Cuanto más se libere el alma de las cargas que la persona ha ido causando con su forma negativa de pensar y vivir, tanto más intensivamente pueden las fuerzas del espÃritu alimentar el cuerpo fÃsico con energÃa espiritual y asà poder sanar el cuerpo poco a poco, pues entonces las células y los órganos son vivificados de nuevo con la fuerza espiritual de Dios, con la luz divina alimentadora y mantenedora.
Dios mira primero por la sanación del alma. Por eso hay que eliminar primero las cargas correspondientes y transformar las causas y complejos de energÃa negativa en fuerzas positivas. Sólo entonces puede producirse una verdadera curación del cuerpo. Esto significa que sà que podemos tener esperanzas de que el cuerpo se alivie y se cure; sin embargo, no debemos albergar expectativas. Nosotros, los seres humanos, no captamos lo que es bueno para nuestra evolución interna ya que podrÃa existir una culpa grave del alma. Entonces la enfermedad habrá de ser soportada según las circunstancias, porque esto es bueno para la madurez, la purificación e iluminación del alma.