Sábado 20 de agosto de 2016
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El Presidente y máximo dirigente cocalero Evo Morales ofreció 50 mil dólares al atleta boliviano que retorne con alguna medalla después de participar en los Juegos OlÃmpicos RÃo 2016. ¿Cómo interpretar tal promesa?
El primer punto llamativo es la facilidad con la que el Primer Mandatario dispone fondos que no están en el Presupuesto General aprobado por la Asamblea Legislativa Plurinacional. Con demasiada frecuencia él y su entorno prometen computadoras al niño que les recita u otras dádivas sin tomar en cuenta el ordenamiento institucional.
Otro punto interesante es cómo se quiere resolver cualquier tema con dinero; con dólares del aborrecido imperio. El discurso anticapitalista se termina con el afán clientelar. No solamente en el caso abrumador de los fondos sin fondo, sino en el deporte. Recordemos que en los años dorados del equipo cubano, ningún campeón cobraba dividendos.
El asunto más complejo es la actitud de creer o hacer creer que con un regalo mágico se sustituyen las polÃticas públicas. Durante años, Morales entregó canchitas que no sirven para fomentar el atletismo en ninguna de sus modalidades. Después de Eduardo Pérez Iribarne, el Estado no alienta el amor por el ciclismo. Los nadadores dependen del esfuerzo de sus familias y muchas veces de becas eventuales que otorgan clubes privados.