El tesoro del conocimiento

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Antes por el hábito a la lectura, estos espacios eran muy frecuentados, no solo por la necesidad de estar informado, sino por la sed de conocimiento y estar al tanto acerca de distintos temas. Muchas veces se veía la sala llena de estudiantes, algunos uniformados, buscando respuestas a sus tareas.

Era lindo compartir aquella aventura que a veces se transformaba en risas y festejo, pero a la estruendosa señal de silencio, toda la sala quedaba una vez más en paz.

Así eran las bibliotecas, una en particular, la que está en las calles La Plata casi esquina Bolívar, denominada como la Biblioteca Municipal "Marcos Beltrán Ávila".

También están compiladas en un texto, las cartas del Libertador Simón Bolívar, tan solo citar algunas de esa valiosa colección bibliográfica.

Al otro extremo, dos salas que tienen un aroma único a añejo, cientos y cientos de páginas, por el paso del tiempo teñidas prácticamente de amarillo. La historia viva de los impresos, periódicos desde 1838 marcan la diferencia del legado que dejaron cientos de periodistas, escritores, abogados, historiadores, poetas y literatos.

Revisar hoja por hoja, es encontrarse con el pasado en el presente y proyectar la imaginación hacia el futuro. Así es esa biblioteca muy orureña, en cuyas paredes guardan secretos de fábula, como las salidas a subterráneos que conectan a otros puntos de la ciudad.

Pero, como siempre el sin sabor de la falta de valoración a este tipo de sitios permite que el paso de la vida, condene cual cáncer humano, a un final sin remedio, aspecto que se pueden notar en sus paredes desgastadas, en la falta de espacio y cuidado, presupuesto y otros elementos que hacen que esta biblioteca sea llevada al cadalso, para un final en la horca de la indiferencia.

Fuente: Por: Dehymar Antezana - exclusivo para Tu espacio Periodista LA PATRIA