Desde hace algunos dÃas, la fiebre Pokémon GO ha llevado a la gente a sumergirse en el celular de forma dramática y preocupante. Miles de personas están por todas partes, en las calles, los mercados, las instituciones y hasta en propiedades privadas, buscando los monstruos virtuales para cazarlos con las pokébolas, coleccionarlos y comerciar con ellos. Este juego ha cautivado en poco tiempo a los pequeños y también a los adultos que en los años noventa se divirtieron con los videojuegos, vieron la serie de dibujos animados en la televisión y se deleitaron con las cartas coleccionables.
El juego japonés para teléfonos móviles, no tiene fin, el entretenimiento consiste en caminar capturando innumerables personajes, que pueden encontrarse por cualquier lugar superpuestos en la realidad, y que se los ubica a través de la cámara del celular, con la ayuda del GPS (Sistema de Posicionamiento Global) y los datos de Google Maps. Para atrapar uno el jugador debe deslizar y lanzar la pokébola con el dedo a través de la pantalla táctil; si se acaban estos recursos limitados, se pueden recargar en los pokéstops. Una vez capturados pueden entrenarlos para luego entablar batallas con un contrincante; para esto, ambos se deben poner de frente en un Gym (sitio de entrenamiento y lucha) y lanzar sus pokémones, donde ganará aquel cuyas caracterÃsticas son mejores y sus niveles de valor son superiores.
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Su ejecución es sencilla, en sà mismo no es complicado, porque el concepto mismo viene del videojuego y serie de televisión pasados. Sin embargo, el entusiasmo y vehemencia actual, que se evidencia en las millones de descargas que han colapsado los servidores, hace del juego uno de los más populares y de moda en estos precisos momentos, lo que ha provocado varios efectos sociales, psicológicos y económicos directos, colaterales e inmediatos. Como el alza de las acciones de la empresa propietaria; y, aunque la descarga de la aplicación es gratuita, la venta de accesorios de lÃnea del producto ha invadido los mercados globales. La oferta de "pokétaxis" en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, para facilitar el acceso de los jugadores a lugares lejanos y peligrosos, es otro fenómeno, como la oferta de servicios para la actualización de celulares.
En estos últimos dÃas, se han escuchado comentarios sobre los efectos positivos y negativos al respecto. El juego ha sido criticado por asociaciones de padres de familia de perjudicar a sus hijos en el retorno a casa después de clases y la exigencia irracional para comprar celulares caros de última generación. Se ha escuchado a pastores de sectas evangélicas cuestionar el contenido esotérico de las criaturas monstruosas, basadas en animales exóticos, mitos orientales, y en cosas inanimadas y legendarias paganas. Dos mujeres adultas se pelearon en la plaza principal de Sucre por un Picachú, la más popular de las figuras. Una niña de la zona sur de la ciudad de La Paz, atropellada en la calle por cazar una de esas criaturas. En el exterior, se sabe de ejecutivos que renunciaron a sus trabajos para ofrecerse como entrenadores a tiempo completo de los pokémones capturados y conseguir la mayor cantidad de información para nutrir su pokédex, que es como una enciclopedia electrónica. Personas atracadas y asaltadas para robarles el celular, accidentes de tránsito por jugar mientras conducen, desatención de las labores domésticas y baja productividad en las fuentes laborales.
Todos estos efectos muestran un grado de enajenación de las personas que permiten ser atrapadas por la misma aplicación. Este embeleso es el resultado de la falta de criterio y fuerza de voluntad para colocar lÃmites a su distracción, poniendo en riesgo su salud mental y emocional. Aunque los gamers dicen todo lo contrario, que los efectos positivos son más notorios, como la lucha contra el sedentarismo, el estrés laboral, y que proporciona oportunidades de interacción con nuevas personas.
La palabra Pokémon es una contracción gramatical del japonés poketto monsuta, que a su vez proviene del inglés pocket monsters que significa "monstruo de bolsillo". Una criatura mágica y cautivante que se instala y habita en tu bolsillo, que te aprisiona para jugar, te adiestra y manipula para gastar tu tiempo y dinero, y que te clasifica como un simple dato más en el inmenso y peligroso archivo Pokémon GO.
(*) Comunicador y educador