Sábado 13 de agosto de 2016
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El clamor ciudadano se sintetiza en el tÃtulo de la presente nota, cuando se observa la molestia de los viandantes especialmente en la zona céntrica de la ciudad, sitio en el que parecerÃa programada una competencia diaria de quiénes y cómo hace más ruido, sin tomar en cuenta para nada a la población civil que debe soportar bocinazos, propaganda móvil, música estruendosa en algunos negocios, coches con escapes deteriorados y ruidosas motocicletas, todo el conjunto a la vez, lastimando los tÃmpanos de la colectividad.
El problema se complica cuando, además de todo lo mencionado, se suma una banda de música que recorre las calles con aires nacionales u otra con sones marciales, pero sonando sin medida ni clemencia. Lo máximo es que también puede coincidir una manifestación de protesta social, en la que se utilizan profusamente ruidosos petardos y hasta cachorros de dinamita, cuyo estruendo es altamente dañino para cualquier oÃdo.
Hay ciertas reglas que regulan este problema de contaminación acústica, lo malo es que no hay autoridad que frene las infracciones, por ejemplo con conductores de vehÃculos, especialmente de servicio público que hacen abusivo uso de bocinas o vehÃculos que hacen propaganda móvil, incluyendo música estruendosa. Pasar por algunos negocios donde se hacen promociones es otro riesgo para los oÃdos y es perniciosa la aparición de bandas estudiantiles o folklóricas que contaminan seriamente el ambiente acústico de la ciudad en varios sectores.
Fuente: LA PATRIA
