El parque de los niños

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Sonrisas de niños por doquier, corriendo de un lado para otro, jugando con libertad por las 19 distracciones que propone el parque cuyo nacimiento fue en conmemoración a los 400 años de la Villa de San Felipe de Austria, hoy Oruro.

Ese sonido, música para los oídos de los mayores, se ve interrumpido por el pitido del tren, está listo para partir de la estación y hacer un recorrido por su ruta. Todos suben contentos, alegres porque vivirán una nueva experiencia que invita a la fantasía e imaginación.

En ese trayecto, nos bajamos donde unos raudos caballos que hacen competencia para llegar primero, sin embargo, la vía en círculo evita ese propósito y las hadas lo convierten en un carrusel con melodías de una cajita musical.

También nos traslada a las ruedas giratorias, haciéndonos notar que nuestro cuerpo fue ejercitado para tener la fuerza necesaria para mover ese juego, luego de ejercitarnos en la bicicleta fija, en los caballetes y en los pasamanos.

Al salir, el paisaje cambió por completo. Un voraz dragón lanza fuego que se enciende frenéticamente con ayuda de la lava, que se arroja desde los volcanes. Pero los niños audaces logran escapar hacia el castillo mediante un barco pirata. El recorrido no termina, unas bicicletas mágicas aparecen para llevarnos por un camino sin igual que nos muestra las normas para una buena educación vial.

Al terminar la diversión se presentan dos desafíos, sólo para valientes y osados conquistadores, saltos y giros con los skates boards, y finalmente bajar por el arco iris de colores para llegar a aterrizar en las nubes de algodón revestidas por pasto sintético.

Así es el mundo maravilloso que ofrece el parque Inti Raymi, ubicado en las avenidas Dehene y de Circunvalación, que al despertar nos muestra que todo lo vivido era el sueño de un adulto con corazón de niño.

Fuente: Por: Dehymar Antezana - exclusivo para Tu espacio - Periodista - LA PATRIA