En un afán de "buenas migas", varias instituciones representativas del departamento de Oruro, se reunieron para pronunciarse respecto de la amenaza por parte de los panificadores sindicalizados del incremento de la unidad de pan de batalla y el consecutivo paro de 48 horas con el cierre de fábricas, afectando de esta manera al sector más vulnerable de la población, y la privación del artículo alimenticio más comercializado de los últimos tiempos.
Está bien, sin embargo, no se trata solo de reuniones y pronunciamientos para rechazar incrementos y decidir sobre la economía de producción y consumo de este alimento de primerísima necesidad. Seamos claros, "al pan, pan y al vino, vino"; este conflicto irresuelto desde hace mucho tiempo, muestra una crisis subyacente que no se quiere mirar con mayor extensión. Recordemos que la subida de precio es un indicador de macroeconomía que influye en los reportes económicos como el Índice de Precios al Consumidor, empleado para medir la evolución del costo de vida de los habitantes en los diferentes países; entonces su alza o baja significa una alteración en la dinámica económica de todos los días.
Los más entendidos en la materia dirán esto es "pan comido" respecto del arreglo técnico contable de su producción; y no es así, pues la situación preocupante llama la atención, porque un incremento mínimo en la unidad de pan significaría una variación en los costos de las comidas diarias de una familia promedio de cinco a siete personas, porque el pan es un componente inevitable e imprescindible en el desayuno, la merienda mañanera, el almuerzo, el té y la cena, e incluso en la preparación de otros alimentos como emparedados simples, hamburguesas nocturnas o sándwiches de expendio callejero. O sea, estamos en un verdadero "bollo" de problema.
El rumor de un incremento del precio unitario se escuchó por doquier, sobre todo en los estómagos de las familias numerosas que destinan su presupuesto diario para su consumo directo, por la facilidad en su adquisición, por la comodidad de servirlo acompañando y complementando las comidas nada abundantes y poco nutritivas, y por la saciedad que provoca su degustación. Aunque no faltaría la opinión de alguien que diría "no solo de pan vive el hombre", además que su base nutricional tampoco es de las ideales; y que no comerlo por unos días ayudaría en una dieta libre de carbohidratos y mantecas que engordan, de bromato de potasio o levaduras que provocan gastritis, o de madrugadas forzosas para su elaboración y compra en las primeras horas del día. Aun así, en algún momento o siempre, el pan será bienvenido en la casa de los más o de los menos, porque todos tienen hambre de pan, y porque las penas sin pan son peores, sobre todo ahora, cuando los ingresos efímeros no están para decir: "a falta de pan, buenas son las tortas".
Todas las instituciones implicadas deberían viabilizar soluciones sostenibles y sustentables a futuro, porque el problema se lo endurece ocasionalmente y el fondo se sigue fermentando; como es el caso del insumo principal que es la harina, proveída por la empresa nacional de alimentos, aunque dicen que algunas fábricas ya utilizan harina extranjera, y otros ingredientes y recursos de fácil provisión, como la sal, el azúcar, la manteca o el gas natural domiciliario barato. En este sentido, algún avezado crítico dirá que la solución parcial nos "da pan para hoy y hambre para mañana", y en poco tiempo nuevamente saldría del horno caliente la intención de nuevas subidas de precio para el simple consumidor.
Es que tampoco se han visto investigaciones serias y gestiones de gobierno determinantes para entender a los panificadores y atender sus reclamos que tal vez están fundamentados en estudios pertinentes, y que su negocio realmente está en riesgo de quebrar. Es decir, el problema debe ser abordado con calma y urgencia, y debería ser abordado en todas sus dimensiones, en beneficio general de los involucrados y, también obviamente, de las familias que dependen de este alimento para su sustento diario, y que después de los paros con escasez y desabastecimiento, tengan nuevamente en el centro de la mesa el "pan nuestro de cada día".
(*) Comunicador y educador
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.