No todo es culpa del cambio climático

Desbordes de ríos, sequía, incendios forestales, mucho calor o frío extremo, son algunos fenómenos de la naturaleza que solemos atribuir al cambio climático, pero no todo es a causa de él.

Es asombroso el dato que brindan expertos de la Unidad de Prevención de Riesgos, dependiente del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, cuando señalan que la mayor parte de los riesgos, como deslizamientos, desbordes de ríos, incendios, sequía y otros tienen que ver con la intervención del hombre.

Si bien esos desastres que se presentan en un ecosistema parecen de origen natural, en realidad no lo son del todo, pues cuando se contamina un río, se envenena el agua, se rompe el orden natural de la biodiversidad, resultando en un desequilibrio tal que la vida desaparece y las aguas se secan.

Recién fuimos testigos de un terrible incendio forestal en el parque Tunari, en Cochabamba. Hay incendios provocados por la naturaleza, pero son los menos frente a la gran cantidad de ese tipo de siniestros provocados por los humanos, y lo peor de todo es que el calor del fuego no sólo quema todo, sino que asfixia los acuíferos y mata toda forma de vida.

Por otra parte, el mismo cambio climático apareció por la intervención de los humanos en la naturaleza, que la han modificado, abusado de ella, contaminado y dañado al extremo que se ha conseguido modificaciones en los ciclos del clima, ocasionando lo que se conoce como efecto invernadero y calentamiento global del planeta.

En unos miles de años le hemos hecho un daño suficiente al planeta, y paliar sus efectos o revertirlos nos va a costar otra cantidad de tiempo, sin embargo, con el ritmo de vida que tenemos es muy difícil que se logren cambios significativos, no obstante no debemos perder la esperanza, todo puede suceder, así que lo que queda es ponerse manos a la obra.

Empecemos por casa, comencemos con reciclar la basura, no ensuciar las calles con envoltorios y envases que ya no vamos a utilizar, con ahorrar agua potable y cuidar los acuíferos, sean ríos, lagos o mares, protejamos animales y plantas, es la única manera de mantener nuestro mundo habitable por lo menos por unos cuantos cientos de años más.

Fuente: LA PATRIA