Domingo 02 de mayo de 2010
ver hoy
Es promesa divina y nos llena de gozo comprobar cómo los llamados y elegidos reflejan en su testimonio el amor de Jesús, nuestro Salvador. Y así será hasta los últimos tiempos que se le reveló a Juan:
-“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
-“Y escuché una voz potente que decía desde el trono: Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado. Y el que estaba sentado en el trono dijo: Todo lo hago nuevo”.
Es tarea nuestra como lo fue de los apóstoles y discípulos: proclamar y vivir el amor, perseverar en la fe. Sólo así demostramos fidelidad ante la enseñanza de Jesús:
Fuente: LA PATRIA