La "chura" Tarija, símbolo de la belleza natural

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Tierra más hermosa no pudo conocer el ser humano, plagada del regalo de Dios, con sus paisajes, su clima, su naturaleza pura y fresca, una mezcla de olores fragantes salidos de las bellas flores que enamoran hasta al más indiferente, así es Tarija, la "chura" Tarija, hermosa como ninguna.

Si bien está situada al Sur de Bolivia, el visitante que llega allí por primera vez, está convencido que debe volver, para morir en medio de sus encantos, riquísimos aromas y sabores que engendra ese terruño, mezclado entre el vino, las empanadas blanqueadas, el queso chaqueño y otras atracciones chapacas.

Pero no sólo de esas delicias vive el hombre, sino también de lugares maravillosos, no solo a la vista del foráneo, sino también al paladar y al sentimiento que se transmite mediante la música que salen de violines, guitarras, erkes, cajas y cañas.

CASA VIEJA

En ese terruño hay una vivienda con mucha historia, es la denominada Casa Vieja, construida durante la Colonia por ciudadanos españoles, allá por inicios de 1600. Aún conserva esa estructura española con los viñedos como testigos. Estar al interior de esta casa provoca una metamorfosis del tiempo. La mente viaja en el imaginario para soñar cómo se vivía en esa época.

Pero una de sus atracciones es la diversidad de vino que se invita, tinto, blanco, cholero, semiseco, el cholero tinto, el rosado, entre otros que se producen en el lugar.

Es maravilloso observar cómo esos sabores se funden con un riquísimo picante de gallina criolla que se vende en el mismo lugar, llamado también viñedos Doña Vita y de hecho, los vinos llevan ese sello, conocido a nivel mundial.

SAN JACINTO

Lo mejor será volver a la ciudad para no caer en la tentación. Pero una vez en Tarija, nos debemos dirigir hacia el Sur, allí se encuentra a tan solo unos 15 minutos en vehículo uno de los sitios de paseo y de encuentro con la naturaleza, en una simbiosis con la tecnología a base de ingeniería.

Es la represa de San Jacinto, un lugar cuyo paisaje invita a meditar, origina la pérdida de la mirada en el infinito de sus aguas productoras de la energía eléctrica de Tarija.

Es un espacio para la diversión, para navegar en pequeños botes por sus aguas o caso contrario llevar algunas cañas de pescar con todos su elementos, para conseguir el alimento que Jesús consumió junto a sus discípulos en el viejo Oriente.

La represa de San Jacinto, también encierra la riqueza culinaria de tierra chapaca con las doraditas, que no es más que pescado rebosado y asado en un sartén o paila calentado mediante leña, algo de mote y su riquísima llajua, en algunos casos hechos con el ají de la mala palabra. Pero no podía faltar el licor que apague la sed, la rica chicha de uva, dulce pero traicionera, favorita de los visitantes y de los propios chapacos.

También hay otras delicias culinarias, carne de chancho o manjares como las empanadas blanqueadas. En fin, sigamos con nuestro recorrido para llegar a un sitio histórico.

EL MOTO M�?NDEZ

Debemos volver a la ciudad para trasladarnos hacia el Norte y abordar un micro o minibús que nos llevará hasta San Lorenzo, previo paso por Tomatitas, para disfrutar de los ricos cangrejitos.

Al llegar a San Lorenzo, encontramos dos lugares icónicos de la "chura", la iglesia, cuya actividad central la tiene el 10 de agosto de cada año, en honor al santo que lleva su nombre. En el lugar se vende un rico manjar como es su pan, el famoso pan de San Lorenzo que se hace sin elementos químicos y cuyo tamaño es conocido como el Long Play, denominativo que se daba a los vinilos en el siglo pasado, aquellos de larga duración.

De la Iglesia de San Lorenzo a unos metros hacia el Norte está una casa colonial, aún de pie, pero que fue el refugio de vida, de uno de los personajes más históricos de Tarija, Eustaquio Méndez Arenas, conocido como el "Moto" Méndez, apodado así porque le faltaba la mano derecha.

Sus ideas revolucionarias lo llevaron a convertirse en héroe nacional, cuando el Alto Perú luchaba contra el yugo español para liberarse de la opresión y dominio europeo. Fue durante la Batalla de la Tablada, el 15 de abril de 1817, que él junto al ejército aliado logró que Tarija alce la voz en aras de la Libertad.

Es en su casa donde se encuentran una serie de reliquias de esa época, dos plantas componen su propiedad, en la superior su dormitorio, cuyo paso al visitante estaba prohibido por el debilitamiento del piso, pero en la planta baja se observa en detalle, una especie de museo, con los objetos que utilizó en vida.

Asimismo, existe un patio con árboles que regalan su sombra para refrescarse del calor intenso de la región, su piso empedrado es una atracción mayor. Uniformes, armas, trofeos de guerra y otros elementos son el regalo visual para el visitante, que se va conforme no solo por conocer más de historia, sino por encontrarse con ella, que con los años dio la vida a una nación linda y generosa.

Fuente: Por: Dehymar Antezana A. - Periodista - LA PATRIA