Viernes 05 de agosto de 2016

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Bolivia y Chile pasan súbitamente por un tenso periodo. Sin embargo, de que Madame Bachelet, la presidente chilena, había bailado la cueca boliviana en los valles cochabambinos, con todos los honores.
LOS PRINCIPALES TENORES
La visita de Madame Michelle Bachelet despertaba en Bolivia aquello que podía ser "una etapa de oro" entre los dos países. ¿Qué paso?... A escasos años, la llegada al Poder de Heraldo Muñoz: Ministro de Relaciones Exteriores; de José Miguel Insulza, comisionado ante La Haya en la cuestión marítima boliviana, parece haber conmocionado la estrategia de rechazo a toda amenaza de apelar a la fuerza. En efecto, los gobernantes chilenos imponen visas para viajar a Chile, de manera intempestiva bajo la aprobación de la Comisión Internacional del Parlamento chileno, a 3 de agosto de 2016. A esto llaman -con Eduardo Frei y Ricardo Lagos- representar a un país mesurado y cordial.
LA BRUSCA TENSI?N
La brusca tensión que señalo, se origina en la visita del Canciller boliviano don David Choquehuanca (17 de julio de 2016) a los puertos marítimos de Arica, donde los transportistas bolivianos soportaron un tratamiento inamistoso, de parte de las autoridades chilenas. Bolivia con sus autoridades se impacientaron, visitaron la zona, tal como hace José Miguel Insulza con el curso del Río Lauca, a 3 de agosto de 2016. Consecuentes, las autoridades bolivianas, no hacen lo propio porque se dan el tiempo de pensar responsablemente, sobre un dossier complejo y delicado que Insulza a vuelo de pájaro quiere remediar -con la consabida viveza chilena- de que las aguas del Lauca, vuelven a Bolivia, con un mejor caudal; y entre tanto ¿Qué del desvío que se ha hecho?... Chile puede estar obligado a dar una mejor respuesta en el tema, después de una demanda debidamente implantada ante la Corte Internacional de Justicia, en respeto a los principios de la integridad territorial de los Estados.