Chuquisaca, donde pervive la Colonia

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Chuquisaca, hermoso departamento que fue el escenario del nacimiento de Bolivia en 1825, hoy por hoy se convierte en un lugar donde pervive la colonia, no solo por su historia, sino por los sitios y estructuras que mantienen ese aspecto.

Sucre, ciudad fundada en 1538 en las faldas de los cerros Sica Sica y Churuquella y que se conoce también con otros 3 nombres: Charcas, La Plata y Ciudad Blanca, acoge lugares impresionantes que no pueden ser excluidos de la historia del departamento.

A continuación describimos tres de los varios lugares emblemáticos que tiene Chuquisaca, sin menospreciar los otros sitios, además de la Casa de la Libertad, el Cementerio General, patrimonio nacional de Bolivia o el Castillo de la Glorieta.

LA CASA DE LA LIBERTAD

Ubicada en la plaza 25 de mayo, la Casa de la Libertad, construida desde 1592, para ser utilizada como un colegio y luego para que funcione la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, ahora alberga documentos e imágenes de personajes que forjaron la historia del país. Entre los elementos que caracterizan la colonial estructura destaca la capilla doméstica o Sala Mayor cuyas paredes encerraron hechos relevantes, como la defensa de tesis de aspirantes al grado de Doctor de Charcas.

Otro hecho significativo que ocurrió en la Sala Mayor, es que el Mariscal Antonio José de Sucre, horas antes de escuchar la proclama de Independencia del Alto Perú en 1825, llamó a una asamblea de diputados, precisamente para debatir el destino del país, siendo luego, promulgada como la República de Bolívar hoy Bolivia. Ahí también fue aprobada la primera Constitución Política, redactada por el libertador Simón Bolívar.

En la actualidad, el ingreso a este espacio histórico es limitado pues recibe a visitantes de martes a sábados en horarios determinados.

CEMENTERIO GENERAL

Un cementerio de lujo, es el que hay en Chuquisaca porque además de tener una belleza arquitectónica, entre los restos mortales que se conservan en este lugar, están los de personajes importantísimos, depositados en mausoleos, tumbas y criptas que transportan imaginariamente al visitante a distintos períodos de la historia.

En 2004, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), declaró este Campo Santo como el primer cementerio patrimonial de Bolivia.

Uno de los sectores que no sufrieron modificaciones es el colonial, ahí descansan los restos de la realeza, personajes ilustres, héroes de la Guerra del Pacífico, ex presidentes y familias adineradas que cimentaron sus fortunas en base a la explotación minera.

El mismísimo Príncipe de la Glorieta, Francisco Argandoña que fue el precursor para otra obra de arte que se mantiene en Chuquisaca (el castillo de la Glorieta), descansa junto a los ex presidentes Aniceto Arce y Narciso Campero, entre otros.

Debido a la cantidad de restos que permanecen en el Cementerio General, se dispuso que ahora, los familiares de las personas que descansan en la estructura moderna, alquilen el espacio por siete años para luego cremarlos y trasladarlos a sus hogares.

EL CASTILLO DE LA GLORIETA

Un lugar de ensueño, que solo aparece en la televisión o en revistas que hacen mención a sitios emblemáticos de Europa o simplemente es arrancado de un cuento, también está en Chuquisaca, es el Castillo de la Glorieta que por su belleza arquitectónica, es uno de los espacios más valiosos de ese departamento.

La historia cuenta que en 1893, este lugar fue construido cumpliendo órdenes de Francisco Argandoña y Clotilde Urioste, su esposa, disponiendo 40 hectáreas de terreno donde se construyeron, además de un frontis de estilo renacentista protagonizado por sus tres torres, hermosos y esbeltos jardines para albergar a sus 108 hijos adoptivos, toda vez que la pareja no podía tener propios.

Pese al inmenso amor que se tenían Francisco y Clotilde, casados a los 18 años él y ella con 25, la muerte tuvo que separarlos, dejando la inmensa estructura, en manos de los herederos que pelearon por las riquezas y desmoronaron el patrimonio que dejó la pareja.

Campesinos enterados de lo que existía en el castillo, decidieron saquearlo, este capítulo se vivió en 1952. 14 años después, Jorge Urioste, uno de los herederos, vendía el castillo al Ministerio de Defensa.

En 1995, el castillo fue declarado Patrimonio Nacional, por lo que los militares que ocupaban el sitio ícono de Chuquisaca, tuvieron que salir al igual que el liceo militar Edmundo Andrade, replegándose fuera de La Glorieta.

Fuente: Por: Deyvid Rocha Sánchez - Periodista - LA PATRIA