Aunque hay algunos informes positivos sobre acciones que se cumplen en gran parte del altiplano orureño combatiendo los efectos de la sequÃa, los datos que se tienen son alarmantes, pues se trata de treinta municipios, 680 comunidades y más de 18 mil familias que viven de la agricultura y la ganaderÃa y el caso especial de los pescadores en los lagos Poopó y Uru Uru, ahora secos.
En criterio de los entendidos se trata de un proceso que se repite anualmente y con alguna variante en función de tiempo, por lo que se adoptarán algunas medidas tomando en cuenta que los meses de agosto y hasta septiembre próximo la sequÃa persistirá haciendo difÃcil la subsistencia de ganado y el mantenimiento de sembradÃos, incluso algunos en carpas solares.
Las autoridades no han descuidado la atención a los comunarios de las poblaciones afectadas disponiendo por un lado provisión de agua para consumo humano, como distribución del lÃquido para almacenamiento y uso del ganado. Si bien las cantidades no son suficientes para satisfacer la demanda, algo más debe hacerse para apoyar los cultivos y evitar su desaparición.
El fenómeno de El Niño, tiene presencia muy dura en la zona occidental, complicando seriamente la situación de los habitantes que se dedican a la agricultura, el caso de los sembradÃos de quinua, de ajo y hortalizas, por el otro lado la crÃtica situación de ganaderos que no tienen las posibilidades adecuadas para almacenamiento de agua en bebederos especiales y menos para labores de riego en pastizales que son alimento del ganado en la árida zona local.
La declaratoria de emergencia obliga al cumplimiento de algunas medidas especiales, como la entrega de depósitos de agua para familias y por otra parte la habilitación de bebederos para ganado y cierta cantidad de forraje que se entregará en el presente mes, paliando de algún modo la crisis de la sequÃa.
Entre estos planes especiales no está demás tomar previsiones para mantener vivas las esperanzas de recargar los lagos orureños, utilizando la tecnologÃa necesaria, con un buen soporte económico, que además elimine los problemas que se han detectado en el curso del rÃo Desaguadero y que son en parte la causa de la desaparición del segundo lago más importante del paÃs.
Se trata de medidas conjuntas, de labores coordinadas, de acciones solidarias y responsabilidades compartidas para enfrentar los daños de la persistente sequÃa en el altiplano nacional y particularmente en la zona orureña.
Fuente: LA PATRIA
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