Miercoles 03 de agosto de 2016
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Editorial y opiniones
ECONOMÍA DE PALABRAS
Guardar la compostura
03 ago 2016
Humberto Vacaflor Ganam
Los pedidos que hace el presidente Evo Morales para tener una reunión con la presidente de Chile, Michelle Bachelet, están adquiriendo tono de súplica y de humillación.
Esta actitud es, además, contradictoria con la que tiene el canciller David Choquehuanca, que quiere convertirse en el héroe del río Lauca y habla de derramar sangre en esas cristalinas aguas.
Quizá estos mensajes tan dispares obedezcan a la "diplomacia de los pueblos", que el presidente Morales decidió aplicar cuando se abrazaba y jugaba al fútbol con el derechista Sebastián Piñera.
Pero es una actitud confusa. Tres expresidentes chilenos definieron el pedido de una cumbre Bolivia-Chile que hace Morales como "un chiste", pero él insiste y sigue pidiendo la reunión.
Tanto ajetreo en los dos escenarios paralelos pero contradictorios de la "diplomacia de los pueblos", de súplicas y desafíos, no deja tiempo para temas importantes, como el de los corredores interoceánicos en los que Chile está tomando ventaja.
Una nueva reunión, realizada en Campo Grande en los últimos días de julio, volvió a marginar a Bolivia del corredor del sur, que unirá Mejillones con puertos brasileños pasando por Argentina y Paraguay. Cuatro países vecinos que optan por excluir a Bolivia de un corredor que, en la práctica, ya está operando. Sólo falta completar 100 kilómetros de carretera en territorio argentino para que sea más expedito.