Es sumamente importante que la población en general se acostumbre, se preocupe, dedique un mÃnimo de su tiempo a leer y analizar las cifras que hacen conocer organizaciones especializadas como el Instituto Nacional de EstadÃsticas, INE, el Ministerio de EconomÃa y Finanzas, algún otro portafolio que tiene que ver con el desarrollo del paÃs y por supuesto poner mucha atención a los datos que divulgan de vez en cuando, autoridades sub nacionales en las gobernaciones o en los municipios, son datos que en unos casos sorprenden, en otros producen estupor y en las circunstancias más comunes generan dudas y no pocas confusiones.
Es que como señala un destacado economista y analista de la materia, cuando afirma que "no es cuestión de cifras, lo importante es que los datos coincidan con los hechos", es de suponer buenos o malos, pero que sean reflejo fiel de lo que se divulga para conocimiento público.
Por estos detalles y muchos otros es imprescindible que las cifras sobre estadÃsticas sean lo más reales posible, que no tengan distorsiones que alteren su contenido y produzcan efectos negativos en destinatarios y/o protagonistas de muchos hechos, los resultados en cualquier tipo de actividad deben ser el reflejo de lo que sucede en todo el ámbito administrativo de la administración estatal, desde la cúpula hacia las bases y en la misma alternativa el sector privado que tampoco puede obviar las cifras para el desarrollo de programas debidamente planificados.
Resulta obvio pensar que puedan desarrollarse planes de cualquier nivel, si antes no se han cumplido con mÃnimas reglas de planificación, análisis completos para definir estrategias, manejo de recursos financieros, programas de control y seguimiento, auditorÃas elementales, y algo que es básico y no se cumple en la dimensión de su importancia, tener a mano y con detalle los proyectos a diseño final, que viene a ser el instrumento de control de cifras que avalen en su momento la viabilidad en la ejecución de los planteamientos teóricos.
Desconocer detalles en el manejo de cifras, por mÃnimas que fuesen, es alterar el proceso de polÃticas reales de desarrollo, contradiciendo y contraviniendo normas vigentes que tienen que ver con el buen uso de los recursos públicos, que dicho sea de paso, son del pueblo y no pueden dilapidarse.
Cifras más, cifras menos, todas sirven a la hora de la verdad, por eso es prudente que no se incurra en errores que comprometerán la solvencia de algunas autoridades, pero que causarán daños irremediables a la colectividad. Bien dicho eso de que todo es cuestión de cifras.
Fuente: LA PATRIA
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