Jueves 28 de julio de 2016
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En 1936 el venezolano Uslar Pietri acuñó la frase "sembrar el petróleo". Mostraba asà la necesidad de emplear los recursos provenientes de la explotación del petróleo base de la economÃa de su paÃs, en emprendimientos que diversificasen la producción y las exportaciones. Afirmaba que "la riqueza de suelo (...) no sólo no aumenta, sino que tiende a desaparecer". En el caso del petróleo esto es cierto: tarde o temprano se agotan de los yacimientos o bajan los precios. No se atendió la advertencia. Tampoco, en 2001, se tomó en cuenta el consejo del BID de que "a medio y largo plazo Venezuela debe diversificar su producción para disminuir su dependencia del petróleo, que actualmente proporciona un 70% -hoy se calcula que está sobre el 90%- de las divisas que recibe el paÃs y más de la mitad de los ingresos del presupuesto nacional".
En Bolivia, fue tradicional la exportación de minerales, principalmente estaño. Agotados los yacimientos, y con los precios en caÃda, no podÃa esperarse excedentes para impulsar otros emprendimientos. Ahora, nuevamente se está por repetir la historia por la baja del precio de los hidrocarburos y la poca certeza de que las reservas de gas sean suficientes para exportar los volúmenes contratados por los compradores: Brasil y Argentina.