El Puerto Seco, sí o sí

Muchas veces nos hemos referido en esta columna al Puerto Seco y en todas mostramos preocupación por la demora en su consolidación debido a una serie de argucias y detalles de orden técnico y legal, que como dijimos se solucionarían con un solo toque: Voluntad Política, responsabilidad directa del Poder Ejecutivo.

No hay que seguir en la línea de querer convencer a pocos enemigos del proyecto, sobre las bondades del mismo y la trascendencia que tiene en el futuro del desarrollo regional. Las cosas están muy claras sobre la materia y sí hay algunas dudas las mismas pueden y deben despejarse con decisiones colectivas a través de las autoridades, pero sobre todo de los representantes institucionales que deben mostrar firmeza en la defensa de los intereses orureñistas.

El trabajo hecho hasta el presente, si bien no justifica la dimensión de la proyección de habilitar un Puerto Seco, por lo menos se definió su ubicación y futura implementación, gracias a la donación de terrenos, expresamente cedidos para una finalidad concreta que no puede variarse por mezquinos intereses.

Pocos días atrás un sector de comerciantes se permitió sugerir que los predios del Puerto Seco les fueran cedidos para construir otro recinto aduanero, una posición por demás absurda y alejada del ideal mayoritario de una población que espera por mucho tiempo la puesta en marcha de su amplia plataforma portuaria, algo que además también tiene expectativa en otros distritos del país y el exterior.

Era necesaria una aclaración sobre la otra intención de ampliar en 500 metros los terrenos que rodean al Puerto Seco, con una "visión futurista de progreso", lo que debería considerarse en su tiempo y espacio respectivo, sin que tal contingencia se convierta en una traba para avanzar y consolidar el Puerto Seco que -por lo menos - ya tiene definido su muro o límite perimetral y ahora necesita de obras que muestren las intenciones de convertirlo en un proyecto de avanzada.

Algo que debe remarcarse y naturalmente agradecer, es que según el donante del terreno para emplazar el Puerto Seco, "en ningún momento se pensó en revertir las 60 hectáreas destinadas a ese proyecto y que lo único que se quiere es que de una vez se ejecute y comience a funcionar esa obra anhelada por Oruro".

La aclaración es válida y oportuna, muy clara y refleja además el sentimiento de la orureñidad que hay que decirlo, ya está cansada de seguir soportando toda suerte de interferencias que siguen postergando el principal proyecto de desarrollo local, que además está ligado a la vigencia de los corredores bioceánicos, terrestre y ferroviario, añadiendo el movimiento aéreo que complementa la funcionalidad de un verdadero Puerto Seco.

Lo que falta es reclamar de nuestras autoridades responsabilidad en el ejercicio de sus funciones, priorizando el cumplimiento de objetivos que tienen que ver con el futuro del desarrollo, de la economía departamental, de la creación de empleos, de la diversificación productiva y satisfacer las expectativas tanto tiempo postergadas sólo por falta de decisiones y una dosis urgente de voluntad política. El Puerto Seco, sí o sí para Oruro.

Fuente: LA PATRIA