Domingo 24 de julio de 2016
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En el paÃs existe, aunque algunos no lo quieran aceptar, dos realidades: la legal y la ilegal. Pues ahora el presidente Evo Morales ha tenido que vérselas con esas dos realidades.
La valiente actitud del canciller David Choquehuanca para denunciar que el encierro de Bolivia es un negocio redondo para Chile en el ámbito de la economÃa legal, se enfrentó a la existencia de un vigoroso sector ilegal que vive del contrabando y que lucra de la realidad del encierro, dentro de Bolivia.
Los contrabandistas de Oruro le hicieron saber al Presidente que no estaban de acuerdo ni con el viaje de Choquehuanca ni con la denuncia sobre el encierro. "Si muere Iquique, muere Oruro", fue el mensaje.
Traducción: la ropa usada que entra por Iquique y que alimenta a una de las actividades económicas más vigorosas de Bolivia, no solamente permite que los "empresarios" bolivianos sean dueños de prósperos mercados en Salta, Córdoba, Rosario, Buenos Aires, Asunción, Sao Paulo, y otras ciudades del Cono Sur de Sudamérica, sino que son el segundo "movimiento social" en aportar al "proceso de cambio". El primero, por supuesto, es el relacionado con la coca y sus derivados.