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Domingo 24 de julio de 2016

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Revista Dominical

Sequía y seguridad alimentaria, la situación es crítica en el Oriente

24 jul 2016

Fuente: LA PATRIA

Por: Patricia Barriga Flores - Periodista

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Las pérdidas que han sufrido los productores en Santa Cruz, no sólo les afecta a ellos, sino al país que tendrá que ver cómo resuelve el problema de abastecimiento de los alimentos, pues existen porcentajes elevados de sembradíos que no dieron frutos, por la sequía que sopesa el país.

Para los que vivimos de este lado de Bolivia (occidente), donde también la sequía está cobrando sus impuestos y haciendo sufrir a quienes se dedican al tema agropecuario, nos damos cuenta de esta realidad, sin embargo, habrá quienes no tengan ni idea de lo que está ocurriendo. El economista y magíster en Comercio Exterior, Gary Rodríguez Álvarez en su editorial publicado en el periódico El Deber, pondera la labor de los agricultores "que saben lo que es trabajar de sol a sol y sudar la gota gorda, recibir el golpe del polvo en su cara, madrugar cada día para ir al chaco, ensuciarse las manos y hasta accidentarse en su faena, para ellos la caída de la producción implicará perder más de 120 millones de dólares?¡una injusticia para quienes comprometen hasta su patrimonio familiar a fin de producir y que no falte alimento a los bolivianos".

La sequía golpeó tan fuerte a este sector que la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), ha alertado por la disminución en la producción de alimentos estratégicos para la seguridad y soberanía alimentaria del país durante esta campaña de invierno 2016, debido a la extrema sequía existente que está afectando el normal desarrollo de los cultivos de trigo, maíz, sorgo y girasol que lograron sembrarse hasta finas de mayo.

A través de un documento emitido desde esa entidad, los productores afirman que vienen de una campaña de verano complicada para su principal cultivo, que es la soya, que también presentó problemas climáticos y la caída de precios en el mercado internacional y local, que fueron profundizados por la falta de liberación de las exportaciones del grano de soya.

Fue el presidente de Anapo, Reinaldo Díaz, quien se refirió a esta situación dramática del sector soyero que produce en inverno los cultivos estratégicos de trigo, maíz, sorgo y girasol, en razón a la extrema sequía que está afectando las principales zonas de producción que tienen cultivos sembrados con 100 mil hectáreas de trigo, 86 mil de girasol, 100 mil de maíz y 225 mil de sorgo, las cuales en su conjunto podían significar una producción de 1,2 millones de toneladas (Tn) de alimentos. Se explica que a partir del mes de junio las lluvias fueron escasas y este mes, hasta la fecha no hubo ninguna, causando una severa sequía y la afectación de los cultivos que habían logrado sembrarse.

Como consecuencia de esta extrema sequía, la totalidad de los cultivos se encuentra afectada, en trigo un 80 por ciento, en girasol un 70%, en maíz un 70% y en sorgo un 80%. Esto implica una producción menor de alimentos, en total un aproximado de unas 450 mil toneladas: en trigo será de menos 40.000 Tn, girasol menos 30.000, en maíz menos 120.000 y en sorgo 260.000.

El ataque del gusano cogollero y otras plagas, fue también propicio en ese ambiente de sequía, aunque el ataque al maíz se hubiese evitado si los productores tenían acceso al maíz, que es genéticamente modificado y tiene resistencia a esa plaga.

"La situación que atraviesa nuestro sector es crítica, además que afecta a la seguridad y soberanía alimentaria del país porque hasta el momento tendremos una menor producción en conjunto de 350 mil toneladas de alimentos que representa una disminución de 26 por ciento, comparado con la campaña de invierno de 2015. Ello seguramente implicará que el país deba recurrir a la importación de estos alimentos para garantiza la seguridad alimentaria con la consiguiente erogación de divisas", advirtió Díaz.

Como sector, consideran que los productores estarían en mejores condiciones para soportar esta situación adversa, si hubiesen recibido un precio correcto por la producción de grano de soya, del verano 2015-2016, el mismo que fue pagado con descuentos de 115 y 120 dólares la tonelada a pesar que los costos de logística de exportación no superaban los 90 dólares, la tonelada.

"La liberación plena de la exportación de grano de soya nos habría permitido contar con un mecanismo para lograr que nos paguen un precio correcto por nuestro grano de soya y tener mayor respaldo económico para afrontar esta crisis", manifestó el productor.

La situación actual demuestra que los productores deben estar preparados para los efectos del cambio climático, donde el uso de los cultivos genéticamente modificados constituye una herramienta tecnológica importante para que puedan afrontar estas condiciones extremas y garantizar la producción de alimentos para todos los bolivianos.

"Esperamos que debido a esta crítica situación, el Gobierno nacional comprenda la importancia de solucionar los problemas estructurales que tiene nuestro sector, para brindar condiciones adecuadas a los productores, para que continuemos produciendo alimentos para asegurar la seguridad y soberanía alimentaria del país", indicó el representante de los productores.

Esta situación provocó que el sector agrícola de Santa Cruz se declare en emergencia, principalmente por la disminución de alimentos para garantizar su provisión a las cadenas avícola, lechera, porcina, entre otras.

Solicitan la creación de un fondo de reactivación económica a través del Banco de Desarrollo Productivo, para que los productores afectados puedan reprogramar sus deudas, con líneas de financiamiento de largo plazo, como 7 años y tasas de interés de fomento.

El Fondo de Reactivación Económica debe permitir a los agricultores a refinanciar sus deudas que tienen con las casas comerciales y las industrias.

Asimismo, solicitan que se proceda a habilitar el Comité Nacional de Bioseguridad para la evaluación y aprobación de nuevos eventos biotecnológicos para los cultivos de soya y maíz, principalmente. Además de la liberación plena de la exportación de grano de soya para que los productores puedan recibir un precio justo por su producción, en las campañas agrícolas siguientes.

Que se facilite la importación de los alimentos faltantes para garantizar su abastecimiento a las principales cadenas productivas de alimentos: avícola, lechera, porcina y otros.

Y extremar los esfuerzos para evitar el ingreso de productos agropecuarios de contrabando que compiten de forma desleal con la producción que obtendrán.

Fuente: LA PATRIA
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