La calle del paseo

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Una jornada con una brisa meliflua que golpeaba el rostro cual caricias dadas por la madre natura, hacía versátil el avance de los pies, cada uno intentando llegar primero a su destino, pero al mismo tiempo disfrutando de un paseo sin igual.

Instantes previos, las cinco esquinas, nos mostraban el camino incierto de la vida, elegir sin saber a dónde ir, con variadas opciones, pero al final nos llevaría a una ruta, a Colombia. No precisamente al país de las bellas mujeres o al aroma "sine qua non" no sería posible degustar un riquísimo café.

Pero estaba ahí, antes Colombia ahora "6 de Octubre", no simplemente por darle un denominativo a esa calle, sino una significancia que va más allá de los límites de la historia. Una enmarcada en páginas de heroísmo con patriotismo a flor de piel de hombres valerosos que construyeron una vida libre y soberana de la opresión y de la vaciedad. Un aporte a la Independencia de Bolivia.

No muy lejos de allí el escenario del primer club de fútbol de Bolivia, el Oruro Royal Club. Más adelante la torre con un símbolo de fe representada por San Gerardo, sin olvidar el tesoro viviente de la Casa de la Sagrada Familia.

Aquella ruta nos obliga a hacer una parada por uno de los íconos de esta tierra, el Parque de la Unión Nacional, allí confluyen ideales, pensamientos, revoluciones sin importar el credo, la convicción o la política clavada en el cerebro de las personas.

Más adelante una bella arboleda dirá que este terruño no solo está hecho de copajira, mineral y frío. Asimismo, nos hará recuerdo de las inolvidables imágenes del séptimo arte que pasaron por el Imperio, aún vigente de nombre y muerto en vida.

Más angosta la calle, nos reunirá de madrugada para degustar el mejor platillo del mundo, despreciado por muchos, pero con el valor necesario que solo los hijos de esta tierra le dan al imponente rostro asado.

Los vitrales de los comercios, la balconería ignorada por los caminantes, hará una vía única. Gente y más gente que sumados darán diez mil y multiplicados por día, millones que irán de Norte a Sur y viceversa, sin cansancio hasta llegar al centro histórico de la urbe, que se unirá a la calle cuyo nombre es el resultado de la libertad, Bolívar.

Y así lo veremos por siempre, en la vida o el más allá, de esta ínclita, bendita y Alta Tierra de los Urus.

Fuente: LA PATRIA