Aquella mañana transcurrió normal y cuando nos aprestábamos para salir a las 12:30 del mediodÃa, unos disparos y muchos bocinazos rompÃan la paz que reinaba siempre en aquel precioso establecimiento.
En lugar de protegernos y cobijarnos en los cursos, nuestros nerviosos maestros optaron por enviarnos a casa rogándonos que vayamos rápido y evitemos los problemas.
Recuerdo que bajamos corriendo aquel largo pasillo de piedras y cemento junto a la pared de la iglesia y al llegar al Prado nos dimos con un panorama diferente y preocupante. La calle estaba vacÃa de movilidades y la gente corrÃa despavorida en dirección de la Plaza del Estudiante. A unos 100 metros de donde estábamos, una media docena de ambulancias parqueadas en todas las direcciones en el medio de la calle, escoltadas por unos hombres enternados y armados, daban clara muestra de que algo no estaba bien. Las movilidades fueron llenadas de gente y tras algunos disparos desaparecieron por la calle Bueno con rumbo hacia Miraflores a toda velocidad. Bolivia tenÃa nuevo dueño.
Ambos hicieron lo que les dio la gana, uno durante 8 meses, el otro un poco más de un año, pero ambas celebridades tiñeron nuestra historia de sangre, y cocaÃna entre sus principales legados.
Los delitos contra las personas que se vieron coronadas con la masacre de los lÃderes del MIR en la casa de la calle Harrington no fueron la única especialidad. El narcotráfico campeó en la nación e hizo del Chapare la tierra de nadie, con cuadros como el de aquellas cholitas vendiendo pasta base a la orilla de la carretera en Shinaota con romana como si se tratara de papas o harina.
Su estadÃa en la cárcel tuvo miles de matices, desde tener una celda de lujo con gimnasio y parrillero hasta pasar la mayor parte del tiempo en una habitación del hospital de Cossmil, donde por poco le rendÃan honores militares. Pero asà y todo cumplió su condena, y la viene cumpliendo hace 21 años ya y pasados 2/3 de la misma, acude a un recurso inscrito en nuestro orden legal que se llama libertad condicional.
El todo poderoso Ministro de Defensa, que aparte de genetista, adivino y celestino ahora nos muestra sus dotes de juez supremo, ha dicho que Luis GarcÃa Meza no va a salir de la cárcel y que espera que se muera en ella.
Ojalá este Ministro de Defensa que no fue al cuartel como debÃa en su momento, entre en razón y se entere que sus poderes no están por encima de la Ley, que deje a los jueces hacer su tarea y que impere la Constitución, pues todos, absolutamente todos, incluso los delincuentes más perversos como este ex general, están bajo su amparo y disposición.
(*) Es paceño, stronguista y liberal
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