Fernando Nava el "aquaman" orureño

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Si bien no es el personaje del comic de los superhéroes de la década del 70, está muy cerca por lo que hace cuando se encuentra en el agua. Un deportista completo en todo el sentido de la palabra por las capacidades que demuestra en las competencias de natación. Sus logros hablan por sí solos.

Pero también se convirtió en un héroe anónimo porque sin "bulla" supo sortear los obstáculos que se presentaron durante su carrera y sacar a relucir el nombre de la tierra que lo vio nacer, Oruro.

�?l es Enrique Fernando Nava Miranda, vio la luz el 13 de julio de 1992, es bachiller del colegio "Jesús María" y a la fecha se encuentra en el tercer año de la carrera de Arquitectura en la Universidad Técnica de Oruro (UTO).

Podríamos decir que Fernando nació en el agua y está ahí hasta el presente, ya que cuando apenas tenía un mes de nacido su tío en compañía de su mamá lo llevaron a la piscina y desde ese momento, prácticamente su vida la desarrolló en el agua.

Su niñez la pasó en la piscina por el apoyo constante de sus familiares que lo llevaban ya sea al balneario de Capachos o de Obrajes.

Fernando sólo se divertía, pero los juegos lo llevaron a ser un gran nadador. Un cierto día, sus papás le indicaron que se aliste para ir a la piscina, como siempre él creyó que se trataba de ir a pasarla bien en compañía de la familia, pero, le tenían preparado una sorpresa, corría el 2006.

"Vamos a la piscina y era para competir, no sabía qué era competir. Estaba nervioso, me pusieron al carril uno y me fui chocando con la pared, todos me ganaron y esa fue mi primera experiencia competiendo aquí en Oruro", dijo.

Esa situación le sirvió de motivación para continuar nadando, pero esta vez en forma competitiva. Si bien al principio no contó con un entrenador personal y él no quería que su papá lo entrene para evitarse conflictos, decidió autodidácticamente seguir una estricta preparación basada en algunos videos que observaba.

Cuando Fernando tenía 17 años, recién tuvo la fortuna de tener un entrenador personal, el cubano David Torrico, situación que le permitió mejorar.

"Como no hay piscina en Oruro, yo hacía mis ejercicios aparte, analizaba los movimientos de natación viendo videos y trataba de sacar esos movimientos, también me ayudaron varios entrenadores de Oruro, eran seleccionados para ir a algún campeonato nacional y absorbía toda la experiencia de ellos", indicó.

Entre el 2008 y 2009, decidió irse a la Argentina a seguir practicando, donde aprendió disciplina en el deporte con mejores condiciones de entrenamiento. Al volver al país, continuó en solitario y sus primeros logros se dieron en los Juegos Trasandinos el 2009 que se realizaron en Arequipa-Perú, donde consiguió nueve medallas. Aunque antes también obtuvo otros galardones.

Luego participó en los clasificatorios para los Juegos Bolivarianos en Sucre donde logró el segundo lugar. Al año siguiente llegó a la preselección boliviana de natación, pero no pudo acceder a los Juegos Olímpicos en Singapur. Ahí aparece una "nube negra" en su vida y por distintos factores hacen mella en el nadador que dejó el deporte de competición, por un par de años.

Después del 2012, luego de la pausa, asume nuevos retos, principalmente romper sus propias marcas y todas las existentes en los estilos de la natación como pecho, espalda, mariposa y mixto.

Sin embargo, en el trayecto encontró obstáculos, entre ellos, no había una piscina para entrenar porque en forma constante cerraban la de Capachos, supuestamente por refacciones. Aquel hecho dio un giro en su vida porque buscó otra alternativa y fue el baile. Del agua a la pista de danza.

"El baile tiene que ver mucho con la natación, como el uso de las puntas de los pies, porque en la natación se necesita punta en los pies, ritmo. En el baile aunque estés cansado tienes que seguir manteniendo postura, la parte estética y en natación aunque estés agotado tienes que mantener la técnica porque si arruinas la técnica en el agua, no avanzas", argumentó.

Ratificó que el baile ayuda mucho a la natación y desde el 2015 dio sus primeros resultados bajando las marcas, tal como ocurrió hace unas dos semanas en el nacional de natación que se realizó en Beni. Ahí logró romper el récord absoluto de Oruro que era 1.14 obtenido por Andrés García en el Trasandino del 2011 en la Rioja-Argentina. Había marcado un tiempo de 1.11´60 en la modalidad pecho. También rompió su propio récord, en espalda.

A la fecha, Fernando lleva más de 300 medallas en su haber, además de trofeos, diplomas y reconocimientos por sus logros.

No le importó las trabas que le pusieron en el camino, en el agua, él siguió en forma constante mejorando y se trazó un solo objetivo, no precisamente llegar a meta en cada campeonato, sino llegar a conquistar sus sueños llevando los colores de su tierra, que luce con orgullo cada vez que sube al podio, por eso decíamos al principio que nuestro personaje es un verdadero héroe, es el "aquaman orureño".

Y para ratificar esa afirmación rompió el récord nacional de 14 minutos al cruzar el estrecho de Tiquina, la noche del 23 de junio de este año con un tiempo de 11 minutos y 20 segundos, ganando la competencia a sus rivales internacionales.

Fuente: LA PATRIA