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Tercera parte
Y me lo leyó una tarde, y como la impresión que dejase en mà fue profunda, hÃceme su amigo, y desde entonces, ya en su casa o en la mÃa, no cesábamos de estar juntos y de cambiar pareceres y opiniones, hasta el dÃa en que, tras breve conocimiento, lo despedà en la estación de un ferrocarrilÂ?".
Jaime Mendoza, a diferencia de Alcides Arguedas, tenÃa una personalidad introspectiva y un amor desmedido por el terruño que lo vio nacer.
Nunca vio en la colectividad boliviana a un "pueblo enfermo", tampoco compartió la tesis de que los indios y cholos eran "leones sin melena o batracios gigantes"; por el contrario, en su libro "El macizo boliviano", afirmó:
"El medio hace al hombre" y que, al margen de considerar a la montaña como factor importante en la creación de Bolivia, estaba convencido de que el espÃritu del hombre andino era semejante a la grandeza de su paisaje y, por eso mismo, una poderosa fuerza llamada a cambiar el curso de la historia.
El argumento de la novela
"En las tierras del PotosÃ" narra los avatares de MartÃn MartÃnez, chuquisaqueño y estudiante de leyes, quien decide marcharse a las minas de Llallagua, donde se asegura que hay abundante riqueza.
No obstante, una vez en el lugar, tras un largo recorrido a lomo de mula, encuentra una vida dura, llena de accidentes, enfermedades, injusticias sociales, borracheras desenfrenadas y frustraciones sentimentales.
Según Alcides Arguedas, quien fue el primero en leer el manuscrito que le proporcionó el autor, se trata de una novela objetiva, cuyo vigor y realismo social no fueron superados por ninguna otra novela hispanoamericana.
La novela, dividida en quince capÃtulos, tiene la clara intención de denunciar abiertamente la explotación despiadada de los mineros, quienes son sometidos a trabajos inhumanos sin pagas decentes ni garantÃas laborales.
La obra, desde el año de su publicación, ha iniciado el ciclo de la llamada "literatura minera" y ha servido para abogar a favor de la causa de los trabajadores del subsuelo. Por eso mismo, y con legÃtimo derecho, se lo considera "uno de los documentos histórico-literarios más fidedignos que se han escrito jamás acerca de los mineros bolivianos".
Jaime Mendoza, aparte de lo expuesto "En las tierras de PotosÃ", mostró su preocupación por otros aspectos concernientes a la situación social de los obreros, registrados en varias de sus obras. Su hijo Gunnar, tras una minuciosa investigación, nos recuerda:
Es decir, el proletario percibe un salario a cambio de su fuerza de trabajo y adquiere una conciencia de clase, se organiza en sindicatos revolucionarios que no sólo defienden los intereses socioeconómicos de los obreros, sino que, a su vez, representa una amenaza para los intereses de la oligarquÃa minera y los consorcios imperialistas interesados en saquear los recursos naturales en las montañas de Llallagua y UncÃa.
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